Roma, ITALIA (Agencia Fides, 25/10/2013) - La falta de libertad y
la búsqueda de mejores condiciones de vida están en la base de
tragedias como la ocurrida el 3 de octubre frente a la isla italiana
de Lampedusa, según un comunicado enviado a la Agencia Fides por el
SECAM/SCEAM (Simposio de las Conferencias Episcopales de África y
Madagascar). Recordemos que en el naufragio de un barco lleno de
inmigrantes procedentes del Cuerno de África murieron cerca de 360
personas.
“Es sorprendente - dice la nota - que tantos refugiados de
África Oriental siguan emprendiendo un viaje tan peligroso a Europa
en busca de 'libertad', debido a las condiciones políticas y
económicas graves en sus países de origen”.
Los obispos africanos destacan en particular las condiciones de
Somalia y Eritrea, los dos países de la mayoría de las personas
involucradas en la tragedia de Lampedusa. “En el caso de Somalia,
las milicias Al Shabaab aterrorizan a la población desde 1994. Esta
larga guerra ha causado graves problemas sociales y económicos. La
situación política en Eritrea ha llevado a muchos de estos
inmigrantes a huir de su país. No hay forma de libertad, no hay
libertad de prensa, no hay libertad de religión y de ningún derecho
de reunión. Estas personas afirman que tratan de dar sentido a sus
vidas”.
Recordando la Carta Pastoral de los Obispos de África, “Gobierno,
bien común y transición democrático en África”, continúa el
comunicado, “el drama de la migración, con un número creciente de
jóvenes que arriesgan sus vidas para abandonar África, refleja la
profundidad del malestar de un continente en el que hay fuertes
resistencias a asegurar a su gente el trabajo, la educación y la
salud”.
“Después de más de 50 años de independencia, África sigue
luchando con la violencia sin fin, los grupos armados ilegales siguen
amenazando la seguridad de la población y sus bienes, que a su vez
conduce a la huida de la gente, como en el caso del incidente de
Lampedusa” enfatizan los obispos africanos.
El documento concluye apelando a la responsabilidad de las
instituciones africanas para que actúen y coordinen las políticas
para el control de los flujos migratorios y sobre todo inicien un
proceso de mejora de las condiciones de vida de sus estados. También
se debe exigir a Europa que revise su legislación sobre inmigración
y trate a “estos migrantes con mayor compasión”.