En el documento final, enviado a la Agencia Fides, los participantes han señalado “la necesidad de una respuesta colectiva a los problemas y desafíos de la reconciliación en Asia”, basándola en “principios básicos como la dignidad humana inviolable y la integridad de la creación”.
“El continente asiático actual presenta tendencias paradójicas”, señala el documento final. Por un lado, “el crecimiento del PIB, la mejora en la alfabetización y el progreso técnico”.
Por otro “la pobreza extrema, la desnutrición, la militarización a gran escala, la falta de estado de derecho y de gobernabilidad democrática”. “Una paz sostenible está sujeta a la justicia económica y social”, mientras que la reconciliación política entre las partes en conflicto no puede prescindir del “conocer la verdad y reconocer las graves violaciones de los derechos humanos”, se afirma.
“El aumento del nacionalismo en los países asiáticos, a expensas de los grupos étnicos, lingüísticos y religiosos es un hecho preocupante. Creemos que este nacionalismo es una amenaza a la libertad de religión y de creencias. El pluralismo en la vida social, cultural y religiosa es una belleza de Asia, por lo que cualquier ideología que albergue la división y el conflicto debería ser rechazada por todos”, señalan los delegados de la FABC.
Otra cuestión importante es la protección de la creación: “Asia es propensa a los desastres debido al cambio climático. Como Comisiones de Justicia y Paz en Asia nos hemos comprometido en reforzar nuestra respuesta a esta amenaza creciente”. Los participantes han observado con preocupación que “el acaparamiento de tierras y la explotación de los recursos naturales por parte de las multinacionales se han traducido en un aumento de la pobreza, los conflictos y en diversas formas de violaciones de los derechos humanos”.
“La reciente visita del Papa Francisco a los países asiáticos - concluye el texto - ha animado a la solidaridad con las poblaciones marginadas, al compromiso interreligioso por la paz y la reconciliación, a la construcción de una Iglesia inclusiva”