lunes, 23 de septiembre de 2013

Papa FRANCISCO a los presos: “Todos somos iguales ante el Padre”




CIUDAD DEL VATICANO, 22 de Septiembre (VIS).- “Gracias a todos por estar aquí, hoy. En vuestros rostros veo fatiga, pero también esperanza. Sentíos amados por el Señor, y también por tantas personas buenas, que con sus oraciones y con sus obras, ayudan a aliviar los sufrimientos del prójimo. Yo me siento en casa aquí. Aquí sentimos en modo fuerte y concreto que somos todos hermanos. Aquí el único Padre es nuestro Padre celeste, y el único Maestro es Jesucristo. Y lo primero que quiero compartir con vosotros es la alegría de tener a Jesús como maestro y modelo de vida. Todos nosotros tenemos dificultades, todos. Todos los que estamos aquí tenemos dificultades. Todos los que estamos aquí, todos, tenemos miserias... fragilidad. Ninguno aquí es mejor que el otro, todos somos iguales ante el Padre. Todos”.


Con estas palabras el Papa FRANCISCO se dirigió a los presos y a los pobres asistidos por Caritas que ayer tarde se reunieron en la Catedral de Cagliari para encontrarse con él.


Mirando a Jesús -prosiguió- vemos que eligió el camino de la humildad y del servicio. ... no fue indeciso, ni indiferente: hizo una elección y la llevó adelante hasta el final. Eligió hacerse hombre, y como hombre hacerse siervo, hasta la muerte en la cruz. Éste es el camino del amor, no hay otro. De ahí que la caridad no sea un simple asistencialismo, y menos aún, un asistencialismo para tranquilizar conciencias. No, eso no es amor, ¡eso es negocio! El amor es gratuito. La caridad, el amor, son una elección de vida...No hay otro camino para este amor: ser humildes y solidarios. Esta palabra “solidaridad”, en esta cultura del descarte, donde lo que no sirve se tira.. para quedar sólo quienes se sienten justos... puros...limpios ¡Pobrecillos!.. Esta palabra “solidaridad” corre el riesgo de que la borren del diccionario porque molesta, porque obliga a mirar al otro y entregarte a él con amor.”.


Pero el camino de la humildad y la solidaridad, añadió el Santo Padre, no lo han inventado los curas, procede de Jesús y “no es un moralismo o un sentimiento...La humildad de Cristo es real, es la elección de ser pequeño, de estar con los pequeños, con los excluidos, de estar entre nosotros, pecadores. Pero atención, ¡no es una ideología! Es un modo de ser y de vivir que parte del amor, que parte del corazón de Dios Padre”.


Es una senda que “no basta mirar, que hay que seguir... Jesús no vino al mundo para hacerse ver... Es un camino y un camino sirve para recorrerlo”, subrayó, agradeciendo a los presos el esfuerzo por seguirlo “también en la fatiga, en el sufrimiento, entre las paredes de una cárcel”. También dio las gracias a todas las personas que se dedican a las obras de misericordia, animándolas a proseguir y advirtiendo que las obras de caridad se deben hacer siempre “con ternura, y siempre con humildad!”.


A veces -observó- también se sirve a los pobres con arrogancia. Estoy seguro de que lo habéis visto... Algunos presumen, se llenan la boca con los pobres; algunos instrumentalizan a los pobres por intereses personales o del propio grupo. ¡Lo sé;es humano, pero no está bien! .... Y digo más: ¡ es pecado! Es un pecado grave, porque es “usar” a los necesitados, a los que necesitan, que son la carne de Jesús, para “mi vanidad”. ¡Es un pecado grave! ¡Sería mejor que estas personas se quedaran en casa!”.

 

Para seguir a Jesús en el camino de la caridad hay que “ir con Él a las periferias existenciales... Para el Buen Pastor lo que ....está perdido y se desprecia es objeto de mayor atención. En la Iglesia los primeros, son aquellos que tienen más necesidad: humana, espiritual, material”.


Siguiendo a Cristo en el camino de la caridad “sembramos esperanza... Los que tienen responsabilidades políticas y civiles tienen una tarea, que como ciudadanos hay que sostener activamente. Algunos miembros de la comunidad cristiana están llamados a dedicarse a este campo de la política, que es una forma alta de caridad, como decía Pablo VI. Pero como Iglesia todos tenemos una gran responsabilidad que es la de sembrar la esperanza con obras de solidaridad, buscando siempre colaborar en el mejor modo con las instituciones públicas, en el respeto de las respectivas competencias. La Caritas es expresión de la comunidad, y la fuerza de la comunidad cristiana es hacer crecer la sociedad desde el interno, como la levadura...No os dejéis robar la esperanza, al contrario: sembradla”.


Al finalizar el encuentro, FRANCISCO se reunió para rezar con las monjas de clausura de la ciudad de Cagliari a las que alentó de seguir adelante con la certeza de que “el Señor os ha llamado para sostener la Iglesia con la oración”.