CIUDAD DEL VATICANO, 28 mayo 2014 (VIS).- En los saludos en francés, inglés, alemán, español, portugués, polaco y árabe; después de la catequesis el Santo Padre FRANCISCO invitó a todos a rezar por la paz en Tierra Santa y Oriente Medio y agradeció las oraciones de cuantos lo habían acompañado en su reciente peregrinación apostólica. También se dirigió en inglés a los miembros de la Comisión Católica Internacional para las Migraciones, reunidos estos días en sesión plenaria, y manifestó la esperanza de que su ''compromiso solidario contribuya a ayudar a tantos hermanos necesitados''. Igualmente agradeció a los peregrinos de lengua árabe, sobre todo a los procedentes de Jordania y Tierra Santa la acogida afectuosa y generosa que sus países le tributaron estos días y les aseguró que los llevaba siempre en su corazón y en sus oraciones en las que pide al Señor para ellos ''un bien abundante, una prosperidad continua y una paz duradera''.
Estas fueron sus palabras en castellano:
“Queridos hermanos y hermanas:
Como saben, fui como peregrino a
Tierra Santa. Doy gracias a Dios y a cuantos lo han hecho posible.
Esta peregrinación tenía tres propósitos: El primero, conmemorar
el encuentro del Papa Pablo VI y del Patriarca Atenágoras, hace 50
años, un gesto profético en el arduo pero esperanzador camino hacia
la unidad de los cristianos. Con tal motivo, junto al actual
Patriarca de Constantinopla, Su Santidad Bartolomé, hemos rezado
pidiendo al Buen Pastor la fuerza necesaria para proseguir con tesón
hacia la plena comunión.
El segundo propósito ha sido
animar el proceso de paz en Oriente Medio. He querido llevar a todos
en el corazón, exhortándolos a ser artesanos de la paz y
agradeciendo a las autoridades los esfuerzos en favor de los
refugiados y su compromiso por apaciguar los conflictos. Además, he
invitado a los presidentes de Israel y de Palestina a venir al
Vaticano, para rezar juntos por la paz.
El tercer propósito ha sido
confirmar en la fe a las comunidades cristianas, que sufren tanto, y
expresarles la gratitud de la Iglesia por su valiente presencia en
Oriente Medio y su impagable testimonio de esperanza y caridad.
Saludo cordialmente a los
peregrinos de lengua española, en particular a los grupos
provenientes de España, México, Argentina y otros países
latinoamericanos. Invito a todos a pedir al Señor por nuestros
hermanos de Tierra Santa, por la paz en Oriente Medio y por la unidad
de los cristianos. Muchas gracias”.