martes, 17 de febrero de 2015

En cuaresma interroguemonos por nuestro espíritu misionero: Mensaje de Mons. Arancedo, Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

Santa Fe, ARGENTINA (Agencia Fides, 17/02/2015) – “El espíritu misionero no es escapismo de mis obligaciones y relaciones, sino testimonio generoso de mi fe en lo concreto de mi vida cotidiana”:.. lo afirma Su Exc. Mons. José María Arancedo, Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, en su mensaje para la Cuaresma titulado “Conversión y Misión”.

En el texto, recibido en la Agencia Fides, el Arzobispo subraya que “Un tema central en la vida cristiana es el de la conversión,  que de un modo especial la Iglesia lo presenta en Cuaresma”. En nuestra condición humana, la conversión no se da de una vez por todas, sino que tenemos que vivir en un estado constante de conversión, ya que “el nivel de vida cristiana depende de su espíritu de conversión”. 


“La cultura actual tiende a encerrarnos en un individualismo” subraya el Arzobispo, y de este modo “se debilita la presencia de la Iglesia en el mundo”, ya que así se privatiza la fe. La santidad necesita de la conversión personal que es la fuente de una Iglesia “en salida” misionera.


“Ser parte viva, activa y comprometida en la Iglesia es signo de conversión y madurez en la fe – prosigue el mensaje -. La fe tiene una dimensión esencial que es la misión. La fe no es un don para guardarlo y conservarlo, es una gracia para vivirla y comunicarla”.


Luego Mons. Arancedo subraya tres aspectos que caracterizan la fe vivida en clave misionera: alegría, comunión eclesial y caridad. El espíritu misionero “no excluye la alegría por la vida, la familia, la amistad; al contrario, la fe le da un sentido nuevo a todo lo que hacemos porque su centro es Jesucristo”. “La falta de espíritu misionero puede ser la falta de una comunión basada en la fe – continúa el Arzobispo -. Esta dimensión misionera de la fe debe estar presente en nuestra reflexión de Cuaresma, cuando me examino como miembro de mi comunidad concreta”. Por último recuerda que “la caridad como expresión de Dios es signo de una Iglesia en clave misionera” ya que “la caridad da fuerza, fecundidad y credibilidad al espíritu misionero en la Iglesia”.