Ouagadougou, BURKINA FASO (Agencia Fides, 05/28/2019) - “Las víctimas de los ataques contra los 
católicos no son elegidas al azar. Se ataca a sacerdotes”. Es lo que 
aseguran a la Agencia Fides fuentes de la Iglesia en Burkina Faso, donde
 en un mes la comunidad católica ha sufrido tres ataques mortales. 
“Tomemos como ejemplo el asalto del domingo 12 de mayo en Dablo. Los terroristas, después de haber rodeado la iglesia, 
pidieron al sacerdote y al catequista que salieran fuera. El párroco, 
Siméon Yampa, fue asesinado de inmediato. El catequista en cambio logró 
escapar. Los terroristas luego mataron a cinco fieles”.
“Al día siguiente, 13 de mayo, en Singa, en el municipio de Zimtenga, en
 la misma zona del Sahel de Dablo, los terroristas atacaron a los fieles
 que regresaban de una procesión mariana. También 
sacaron a cuatro personas de la multitud de fieles, de los cuales al 
menos tres no parecen haber sido elegidos al azar. Era una persona laica
 que ha sido durante mucho tiempo presidente de la comunidad católica 
local y dos personas que eran formadoras”, apuntan nuestras fuentes. 
“Nuestra impresión es que los atacantes se dirigieron a propósito contra
 los líderes comunitarios”, dicen estas fuentes que pidieron no ser 
citadas por razones de seguridad.
“En el último asalto, que tuvo lugar el pasado domingo 26 de mayo en 
Toulfé, los terroristas fueron en busca del 
catequista”. “Los autores de los ataques parecen tener el objetivo de 
desestabilizar a Burkina Faso, y con ello a los otros estados vecinos. 
Hasta ahora las diferentes religiones han vivido pacíficamente una junto
 a la otra. Los que cometen estos crímenes vienen de fuera”, concluyen 
las fuentes de Fides.
El 28 de abril, una iglesia protestante en Silgadji fue atacada y su 
pastor asesinado. El 15 de febrero de 2019 en un ataque en un puesto de 
control en Nohao, en la frontera con Ghana, el padre Antonio César 
Fernández Fernández, un misionero salesiano español, fue asesinado mientras que sigue sin haber noticias del 
padre Joël Yougbaré, párroco de Djibo, quien desapareció en el norte del
 país el domingo 17 de marzo. Tampoco del padre 
Pier Luigi Maccalli, el misionero de la SMA secuestrado en el vecino 
Níger en la noche del 17 al 18 de septiembre de 2018. La alarma por 
posibles ataques contra iglesias católicas se ha extendido a la vecina 
Ghana
 
