lunes, 27 de mayo de 2019

CELAM: la crisis ética, política, económica y cultural ha crecido en toda América Latina y el Caribe

Tegucigalpa, HONDURAS (Agencia Fides, 23/05/2019) - "En toda América Latina y el Caribe hemos sido testigos del crecimiento de una crisis ética, política, económica y cultural, sobre cuya base hemos descubierto una fractura antropológica que se manifiesta de muchas maneras. Entre ellas, destacamos el machismo que atenta contra la dignidad de las mujeres y la migración causada por la pobreza y la violencia". Así se expresó el CELAM en su mensaje al pueblo de Dios publicado con ocasión de su 37ª Asamblea General, celebrada en Tegucigalpa (Honduras), del 13 al 18 de mayo.

Ante esta realidad, los obispos reafirman su compromiso de acoger a los migrantes y subrayan la necesidad de "fortalecernos en la fe y en la escucha de la Palabra de Dios para resistir a las ideologías deshumanizadoras que impiden la búsqueda del bien común, el ejercicio de las libertades y el reconocimiento de los derechos humanos. Estas ideologías a menudo sacrifican a los más pobres, favoreciendo un aumento de las desigualdades, que son inaceptables. Abrazamos el sufrimiento de los pueblos y las Iglesias que más padecen hoy: Venezuela, Nicaragua y Haití".

En el mensaje, titulado "Caminando en la fe y la solidaridad fraterna", recibido por la Agencia Fides, los obispos reafirman "su comunión y adhesión filial al papa Francisco", respondiendo "con el anuncio del Evangelio a los nuevos desafíos que surgen en este cambio de época, tratando de promover una sociedad más justa y solidaria, con especial atención a los pobres, como Iglesia saliente, que camina hacia el Reino definitivo".

Conscientes de su realidad de "discípulos misioneros", los obispos renuevan su compromiso de combatir la corrupción, que sin embargo también pasa por un cambio de mentalidad y de cuidar el medio ambiente, promoviendo una ecología integral.

"Renovamos una disponibilidad radical para nuestro amado pueblo, en particular para los más pobres, para las mujeres y los jóvenes - escriben los obispos en la conclusión -. Estamos alegres y convencidos de que somos servidores del Evangelio de la vida, deseosos de reunirnos en nuestras comunidades de fe para fortalecernos en el amor de Dios y colaborar en la construcción de una sociedad más justa y solidaria que dé testimonio del Reino".