miércoles, 25 de abril de 2012

Recuerda el Papa el deber de conducir con prudencia


Ciudad del Vaticano, 25 Abril 2012 (VIS / http://catolicidad.blogspot.com y/o www.ssbenedictoxvi.org).- Al final de la catequesis de la Audiencia General de hoy, celebrada a las 10.30 horas, el Papa saludó en francés, inglés, alemán, español, portugués, polaco, croata, eslovaco, húngaro e italiano a los más de 20,000 fieles presentes en la  Plaza de San Pedr ro. En particular, recordó a los peregrinos eslovacos que el próximo domingo se celebra la Jornada de Oración por las Vocaciones. “Pedid a Cristo, Buen Pastor -dijo- que mande siempre nuevos obreros a su servicio”.

Estas fueron sus palabras en castellano:

"Queridos hermanos y hermanas:


La Iglesia de los comienzos se encontró con el problema de atender a los necesitados de la comunidad, que los Apóstoles afrontaron bajo la guía del Espíritu Santo, a quien invocan en la oración. La decisión fue instituir un grupo de siete varones de buena reputación, que se ocuparan de ejercer más específicamente el servicio de la caridad para con los menesterosos, esencial para la Iglesia. Así, los Apóstoles podrían centrarse en la oración y el servicio de la Palabra, propio de su ministerio, sin la presión de otras actividades que los pudieran distraer. La oración es del todo prioritaria para la comunidad cristiana que, de este modo, sigue alimentándose de su fuente de vida y, por decirlo así, pone en manos del Espíritu Santo la verdadera y última guía del Pueblo de Dios. Por eso, la actividad pastoral en la Iglesia comienza y termina siempre con la plegaria, que da sentido, fuerza y esperanza a todo nuestro actuar. Sin ello, se corre el riesgo de olvidar el alma profunda de nuestras ocupaciones para convertirlas en mero activismo, dictado por nuestros criterios y sentimientos.

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos venidos de España, México, Guatemala, Venezuela y otros países latinoamericanos. Invito a todos a participar en la apasionante tarea de edificar la Iglesia de Cristo en todas sus facetas, no solamente con buena voluntad, sino santificando con la oración cada uno de los pasos de nuestro hacer. Muchas gracias".

Por último, en italiano, se dirigió a las familias de las víctimas de accidentes de tráfico con estas palabras: “Aseguro mis oraciones por todos los que han perdido la vida en las carreteras y recuerdo, al mismo tiempo, el deber de conducir siempre con prudencia y responsabilidad”.

La Audiencia General concluyó con el canto del Pater Noster y la Bendición Apostólica impartida por S.S. Benedicto XVI.