lunes, 2 de abril de 2012

S.S. Benedicto XVI a los jóvenes: "Hablad de Dios sin complejos ni temores"

Ciudad del Vaticano, 2 Abril 2012 (VIS).-  El Papa ha recibido hoy en Audiencia a 5,000 jóvenes de la Arquidiócesis de Madrid (España) -acompañados por su Arzobispo, el Cardenal Antonio María Rouco Varela- que han peregrinado a Roma para agradecer al Santo Padre su viaje a España con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud celebrada el pasado mes de Agosto. 

Ofrecemos a continuación fragmentos del discurso de S.S. Benedicto XVI:

"Siempre que traigo a mi memoria la XXVI Jornada Mundial de la Juventud vivida en Madrid, mi corazón se llena de gratitud a Dios por la experiencia de gracia de aquellos días inolvidables. (...) Aquel espléndido encuentro sólo puede entenderse a la luz de la presencia del Espíritu Santo en la Iglesia. Él no deja de infundir aliento en los corazones, y continuamente nos saca a la plaza pública de la historia, como en Pentecostés, para dar testimonio de las maravillas de Dios. Vosotros estáis llamados a cooperar en esta apasionante tarea (?). Cristo os necesita a su lado para extender y edificar su Reino de caridad".

(...) "En esta aventura nadie sobra. Por ello, no dejéis de preguntaros a qué os llama el Señor y cómo le podéis ayudar. Todos tenéis una vocación personal que Él ha querido proponeros para vuestra dicha y santidad. Cuando uno se ve conquistado por el fuego de su mirada, ningún sacrificio parece ya grande para seguirlo y darle lo mejor de uno mismo. Así hicieron siempre los santos extendiendo la luz del Señor (...) y transformando el mundo hasta convertirlo en un hogar acogedor para todos"(...).

"Como aquellos apóstoles de la primera hora, sed también vosotros misioneros de Cristo entre vuestros familiares, amigos y conocidos, en vuestros ambientes de estudio o trabajo, entre los pobres y enfermos. Hablad de su amor y bondad con sencillez, sin complejos ni temores. El mismo Cristo os dará fortaleza para ello. Por vuestra parte, escuchadlo y tened un trato frecuente y sincero con Él. Contadle con confianza vuestros anhelos y aspiraciones, también vuestras penas y las de las personas que veáis carentes de consuelo y esperanza".

(...) "Ayer iniciamos la Semana Santa, en la que seguimos los pasos de Cristo (...). Contemplamos su dolorosa pasión y su humillación hasta la muerte. (...) Os animo a cargar también vosotros con vuestra cruz, y la cruz del dolor y de los pecados del mundo, para que entendáis mejor el amor de Cristo por la humanidad. Así os sentiréis llamados a proclamar que Dios ama al hombre y le envió a su Hijo, no para condenarlo, sino para que alcance una vida plena y con sentido".