CIUDAD DEL VATICANO, 28 febrero 2014
(VIS).-El Santo Padre FRANCISCO ha recibido esta mañana en Audiencia
a la Comisión para América Latina que hoy ha concluido su Sesión
Plenaria. El Papa ha destacado las reflexiones que la Comisión ha
dedicado en los trabajos de estos días a los millones de jóvenes de
América Latina y el Caribe “que viven en condiciones de
“emergencia educativa” y para quienes se plantea la cuestión
fundamental de la “traditio de la fe” y cómo la Iglesia
quiere imitar a Jesús en su acercamiento a los jóvenes.
“Merece la pena seguir el ejemplo
que nos dio Jesucristo -ha
afirmado-, ejemplo de entrega, de servicio, de amor
desinteresado, de lucha por la justicia y la verdad. La Santa Madre
Iglesia está convencida de que el mejor Maestro de los jóvenes es
Jesucristo. Ella quiere inculcar en todos ellos sus mismos
sentimientos, mostrándoles así que es hermoso vivir como él lo
hizo, desterrando el egoísmo y dejándose atraer por la belleza de
la bondad. Quien conoce en profundidad a Jesús no se queda en el
sofá. Se engancha a su estilo de vida y llega a ser un discípulo
misionero de su Evangelio, dando testimonio entusiasta de su fe, no
ahorrando sacrificios”.
El Papa ha recordado el relato del
encuentro de Jesús con el joven rico y ha destacado tres aspectos:
La acogida. Primer gesto de Jesús y también nuestro. Es previo a
toda enseñanza o misión apostólica. “Estar cercanos a los
jóvenes en todos los ambientes de su vida: en la escuela, la
familia, el trabajo... Muchos pasan por graves problemas. Cómo no
pensar en el fracaso escolar, el desempleo, la soledad, la amargura
en las familias desunidas. Son momentos difíciles, que les hacen
experimentar frustración y desprotección; los vuelven vulnerables a
las drogas, al sexo sin amor, a la violencia... Se nos pide no
abandonar a los jóvenes, no dejarlos al costado del camino;
necesitan mucho sentirse valorados en su dignidad, rodeados de
cariño, comprendidos”.
En segundo lugar FRANCISCO ha hablado
del dialogo franco y cordial. Cómo Jesús escuchó las inquietudes
del joven y las clarificó. “Jesús, de entrada, no condena, no
tiene prejuicios, no cae en los tópicos de siempre; del mismo modo
los jóvenes tienen que sentirse en la Iglesia como en casa. No
solamente ha de abrirles sus puertas; tiene que salir a buscarlos”.
Por último ha citado la invitación de
Jesús al joven para que le siguiera y ha subrayado la necesidad de
que los jóvenes escuchen esta invitación . “Que escuchen que
Cristo no es un personaje de novela, sino una persona viva, que
quiere compartir ese deseo irrenunciable que ellos tienen de vida, de
compromiso, de entrega. Si nos contentamos con darles un mero
consuelo humano, los defraudamos”.
“Es importante ofrecerles lo mejor
que tenemos: a Jesucristo, su Evangelio, y con ello un horizonte
nuevo, que les haga afrontar la vida con coherencia, honradez y
altura de miras. Ellos ven los males del mundo y no se callan, ponen
el dedo en la llaga, piden un mundo mejor, no admiten sucedáneos.
Quieren ser protagonistas de su presente y constructores de un futuro
en donde no quepa la mentira, la corrupción, la insolidaridad... La
Iglesia en América Latina no puede desperdiciar el tesoro de su
juventud”.
Antes de concluir el Papa ha instado a
la Comisión a asumir este desafío con decisión. “Los jóvenes
nos esperan. No los defraudemos”.