miércoles, 19 de febrero de 2014

Pide el Papa oraciones por el Ministerio Petrino en la Festividad de la Cátedra de San Pedro


CIUDAD DEL VATICANO, 19 febrero 2014 (VIS).-Al final de la Audiencia General, en los saludos en francés, inglés, alemán, español, portugués, polaco y árabe, el Papa FRANCISCO ha recordado a los peregrinos polacos presentes que el sábado próximo es la festividad de la Cátedra de San Pedro Apóstol, “un día de comunión especial de los creyentes con el Sucesor de Pedro y con la Santa Sede”. “Os doy a todos las gracias -ha dicho- por las oraciones en favor de mi ministerio petrino y por el testimonio de vida dado en Cristo para edificar la comunión eclesial”.


También ha saludado a los participantes en el simposio “Sacrosanctum Concilium, gratitud y compromiso, por un gran movimiento de comunión eclesial”, acompañados por el Cardenal Antonio Cañizares Llovera, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, así como a los que forman parte de la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia de la Vida, que celebran el XX aniversario de su fundación, invitándoles a “proseguir en su preciosa obra al servicio del Evangelio de la Vida”.


Estas fueron sus palabras en castellano:


Queridos hermanos y hermanas:


La catequesis de hoy está centrada en el sacramento de la Reconciliación. Este sacramento brota directamente del Misterio Pascual. Jesús Resucitado se apareció a sus apóstoles y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo, a quienes perdonen los pecados, les quedarán perdonados». Así pues, el perdón de los pecados no es fruto de nuestro esfuerzo personal, sino es un regalo, un don del Espíritu Santo que nos purifica con la misericordia y la gracia del Padre.


La Confesión, que se realiza de forma personal y privada, no debe hacernos olvidar su carácter eclesial. En la comunidad cristiana es donde se hace presente el Espíritu Santo, que renueva los corazones en el amor de Dios y une a todos los hermanos en un solo corazón, en Jesucristo. Por eso, no basta pedir perdón al Señor interiormente; es necesario confesar con humildad los propios pecados ante el sacerdote, que es nuestro hermano y representa a Dios y a la Iglesia.


Nos puede hacer bien hoy a cada uno pensar cuanto tiempo hace que no me confieso, que cada uno responda, le puede hacer bien.


El ministerio de la Reconciliación es un auténtico tesoro, que en ocasiones corremos el peligro de olvidar, por pereza o por vergüenza, pero sobre todo por haber perdido el sentido del pecado, que en el fondo es la pérdida del sentido de Dios. Cuando nos dejamos reconciliar por Jesús, encontramos una paz verdadera.


Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los participantes en el Curso Internacional de Animación Misionera, así como a los grupos provenientes de España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. Invito a todos a acercarse con frecuencia al sacramento de la Penitencia, a confesarse y recibir así el abrazo de la infinita misericordia del Padre, que nos está esperando para darnos un fuerte abrazo. Gracias”.