Maputo, MOZAMBIQUE (Agencia Fides, 03/05/2019) – Total destrucción: es el resultado del paso del
ciclón Kenneth que llegó la semana pasada al norte de Mozambique y
causó unas cuarenta muertes. “Las lluvias y las ráfagas de viento de 280
km/h han transformado el paisaje en un vertedero”, cuenta a Fides la
hermana Sandra Vileila Euleuterio, una religiosa de San José de
Chambery. “Hay árboles caídos, basura por todas partes, agujeros en las
calles... Todo está sucio. Es muy triste ver a la gente por la ciudad,
empapada hasta los huesos, tratando de vender cualquier producto para
sobrevivir. Es algo que te encoge el corazón”.
La lluvia y el viento ha disminuido pero aún siguen presentes. Son los
últimos coletazos del ciclón. Las religiosas tuvieron que acoger en sus
instalaciones a algunas familias que sufrieron los efectos de la
tormenta e incluso han perdido sus hogares. “Una vez que pasó la furia
del huracán, algunas familias regresaron a sus casas mientras que otras
se alojaron con familiares. Se han formado algunos equipos de apoyo para
recolectar y distribuir alimentos, pero también para saber a cuántas
personas ha afectado el ciclón”.
Las parroquias están volviendo a su funcionamiento normal. Los
sacerdotes reanudaron la celebración de la misa y, por desgracia,
también de los funerales. Las celebraciones ecuménicas se organizarán la
próxima semana. “Han llegado donaciones desde Brasil y Europa. No es
fácil trabajar en asociación con el gobierno. Mozambique es pobre, tiene
pocos recursos y no tiene nada que ofrecer. Todo pasará por la
colaboración entre Maputo y Cáritas. Veremos cómo será posible operar en
el campo”, explica la religiosa.
Mientras tanto, se está formando un tercer ciclón. Por el momento está
lejos de Mozambique y probablemente no afectará al país. “Circularon
rumores pero son falsos, también porque es poco probable que toque la
costa. Las autoridades han controlado esta información falsa para no
alarmar a la población”.