martes, 8 de noviembre de 2011

Arzobispo de Jos: "Las palabras de Benedicto XVI alientan a las autoridades a actuar con rapidez"

ABUJA, NIGERIA (Agencia Fides 7/11/2011).  "Estamos muy contentos de que el Papa tenga en mente a Nigeria y rece por la coexistencia pacífica de la población en Nigeria. Estamos muy tranquilos por sus palabras, por lo que le damos las gracias", dice a Fides su excelencia monseñor Ignatius Ayau Kaigama, arzobispo de Jos, Nigeria, donde en varios ataques de los últimos días de la secta Boko Haram en los estados de Yobe y Borno (noreste), alrededor de 150 personas han muerto. El domingo 6 de noviembre, después del Ángelus, el Papa Benedicto XVI ha hecho un llamamiento invitando a "poner fin a toda violencia, que no resuelve los problemas, sino que los aumenta, sembrando odio y división, incluso entre los creyentes".

"Creemos que la intervención del Papa Benedicto XVI debe instar a las autoridades nigerianas a hacer urgentemente algo para detener esta situación preocupante", dice Mons. Kaigama. "No se trata sólo de enviar más policías a los puntos calientes,se necesita una mayor recopilación de información y el intercambio de esta información. Hay personas que matan a otras de forma desconsiderado y esto sucede todo el tiempo. Sin embargo, no hay un servicio de inteligencia que nos diga quiénes son estas personas, cómo se organizan y de donde vienen, si Nigeria o de fuera. Debe haber un sistema de control de esta situación y sólo el gobierno puede lograrlo".
 
A la pregunta de si existe un plan para dividir a Nigeria, el arzobispo respondió: "Sí, hay gente que piensa que dividiendo el norte musulmán de Nigeria y el sur cristiano habrá paz. Sin embargo, un proyecto similar, sólo multiplicará los problemas, porque hay tantos musulmanes como cristianos en el norte y el sur. La solución entonces no es dividir el país, sino encontrar formas de vivir juntos en paz y de llegar a la raíz de los problemas: el desempleo económico, social y juvenil, que está obligando a muchos jóvenes a caer en los brazos de fanáticos líderes políticos. Si somos capaces de resolver estos problemas, podríamos vivir en armonía unos junto a los otros".

Acerca de la posibilidad de que puede haber elementos extranjeros infiltrados en la violencia, Mons. Kaigama dice a Fides: "He recogido el testimonio de un sacerdote de Damataru, donde varias iglesias han sido destruidas, lo que establece que aquellos que perpetraron los atentados con explosivos de alta potencia, que no eran locales, que probablemente eran extranjeros. Por lo tanto, es probable que existan conexiones extranjeras. Ciertamente, hay responsabilidades internas, y también comienzan a aparecer conspiraciones extranjeras. Para ello, repito que las autoridades nos tienen que decir cuáles son esos grupos, cómo llegan las bombas y explosivos, ¿cómo pueden estar tan organizados como para causar el máximo daño a las personas sin que nuestras fuerzas de seguridad puedan intervenir?".
 
Incluso el flujo de armas y explosivos de los arsenales libios, saqueados durante la guerra civil, puede constituir una amenaza para Nigeria. "Como líderes religiosos, hacemos un llamamiento a las autoridades nigerianas para un control más estricto en las fronteras, en puertos y aeropuertos del país, para que no lleguen armas de fuera", concluye el Arzobispo de Jos.