miércoles, 3 de abril de 2013

Regina Coeli del Papa FRANCISCO: “El poder de la gracia”


CIUDAD DEL VATICANO, 1° Abril (VIS).- El Papa FRANCISCO se asomó a mediodía a la ventana de su estudio para rezar el Regina Coeli con los numerosísimos fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

“Buenos días y buena Pascua a todos - dijo - Os agradezco que seáis tantos los que han venido, también hoy, para compartir la alegría de la Pascua, misterio central de nuestra fe. ¡Que la fuerza de la Resurrección de Cristo llegue a cada persona – especialmente a quien sufre – y a todas las situaciones más necesitadas de confianza y esperanza!”.

“Cristo ha vencido al mal de modo pleno y definitivo, pero nos corresponde a nosotros, a los hombres de todos los tiempos, acoger esta victoria en nuestra vida y en las realidades concretas de la historia y de la sociedad (...) Es verdad, el Bautismo que nos hace hijos de Dios y la Eucaristía que nos une a Cristo, deben convertirse en vida; es decir, traducirse en actitudes, comportamientos, gestos y elecciones. La gracia contenida en los sacramentos pascuales es un potencial de renovación enorme para la existencia personal, para la vida de las familias, para las relaciones sociales. Pero todo pasa a través del corazón humano: si yo me dejo alcanzar por la gracia de Cristo resucitado, si dejo que cambie una faceta mía que no es buena, que puede perjudicarme a mí y a los demás, dejo que la victoria de Cristo se afirme en mi vida, que extienda su acción benéfica. ¡Éste es el poder de la gracia! Sin la gracia no podemos nada. Y con la gracia del bautismo y de la comunión eucarística puedo convertirme en instrumento de la misericordia de Dios, de la hermosa misericordia de Dios.”

“Expresar en la vida el sacramento que hemos recibido: ésta es nuestra tarea cotidiana, pero diría también ¡nuestra alegría cotidiana! La alegría de sentirse instrumentos de la gracia de Cristo, como sarmientos de la vid que es Él mismo, animados por la linfa de su Espíritu. Recemos todos juntos en el nombre del Señor muerto y resucitado, y por intercesión de María Santísima, para que el misterio pascual obre profundamente en nosotros y en nuestro tiempo, para que el odio ceda el paso al amor, la mentira a la verdad, la venganza al perdón, la tristeza a la alegría”.

Después del Regina Coeli el Papa saludó en italiano a los peregrinos de los diversos continentes deseándoles que transcurriesen un tranquilo “Lunes del Ángel”, “en el que resuena con fuerza el anuncio gozoso de la Pascua: ¡Cristo ha resucitado!” Y concluyó con estas palabras: “Buena Pascua a todos y buen almuerzo!”.