miércoles, 5 de febrero de 2014

Solidaridad del Santo Padre con los afectados por las lluvias en las regiones italianas de Toscana y Lacio


CIUDAD DEL VATICANO, 5 febrero 2014 (VIS).- En los saludos en francés, inglés, alemán, español, portugués, polaco y árabe al final de la catequesis, el Papa FRANCISCO ha recordado de modo especial a las personas afectadas por las fuertes lluvias que desde hace días se abaten sobre las regiones italianas de Toscana y Lacio, causando inundaciones y desbordamientos y dejando a muchas familias sin hogar. “Vamos a rezar todos -ha dicho- y a estar cerca de estos hermanos y hermanas con nuestro esfuerzo, nuestra solidaridad y nuestro amor”.


También ha saludado a un grupo de Obispos amigos de la Comunidad de San Egidio y a los participantes en la semana de estudios sobre la formación humana de los candidatos al sacerdocio organizada por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, deseándoles que su visita al sepulcro de Pedro fuese “una ocasión propicia para la renovación del compromiso misionero en el anuncio de Evangelio, especialmente a los últimos y a los pobres”.


Por último ha recordado a los enfermos que hoy debido a la lluvia estaban en el Aula Pablo VI y no en la Plaza de San Pedro. “Les he saludado antes de venir -ha apuntado el Santo Padre- y están viendo la Audiencia en las pantallas de televisión”.


En castellano dijo:

Queridos hermanos y hermanas:

Nuestra catequesis de hoy está centrada en la Eucaristía, corazón de la iniciación cristiana y fuente de la vida de la Iglesia.

Lo que vemos cuando nos reunimos para celebrar la Misa, nos ayuda a introducirnos en el Misterio. En el centro encontramos el altar, una mesa preparada, que nos hace pensar en un banquete. Sobre la mesa hay una cruz para indicarnos que en ese altar se ofrece el sacrificio de Cristo: Él es el alimento que recibimos bajo las especies del pan y del vino. Y junto a la mesa, está el ambón, desde donde se proclama la Palabra de Dios, mediante la que el Señor nos habla.

Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, realiza el memorial de la Pascua del Señor, en el que Cristo se hace misteriosamente presente y nosotros podemos participar, decimos "comulgar", en su pasión, muerte y resurrección. Así, la Eucaristía nos configura de modo único y profundo con Jesús, renovando nuestro corazón, nuestra existencia y nuestra relación con Él y con los hermanos, y nos hace pregustar la comunión con el Padre en el banquete del Reino de los cielos.


Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Argentina y otros países latinoamericanos. Pidamos que la celebración de la Eucaristía mantenga siempre viva a la Iglesia, y haga que nuestras comunidades se distingan por la caridad y la comunión. Muchas gracias”.