CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.com – Noviembre 1°. de 2014). A las 12:00 horas de hoy, Solemnidad de Todos los Santos, el Papa FRANCISCO desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano ha rezado el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.
Este es el texto íntegro de la oración mariana:
Los primeros dos días del mes de Noviembre constituyen para
todos nosotros un momento intenso de fe, de oración y de reflexión
sobre las “cosas últimas” de la vida. Celebrando.
en efecto, a todos los Santos y conmemorando a
todos los fieles difuntos, la Iglesia peregrina en la tierra vive y
expresa en la Liturgia el vínculo espiritual que la une a la Iglesia
del cielo. Hoy alabamos a Dios por la multitud innumerable de los
santos y de las santas de todos los tiempos: hombres y mujeres
comunes, simples, a veces “últimos” para el mundo, pero
“primeros” para Dios. Al mismo tiempo recordamos a nuestros
queridos difuntos visitando los cementerios: ¡es motivo de gran
consolación pensar que ellos están en compañía de la Virgen
María, de los Apóstoles, de los mártires y de todos los santos y
santas del Paraíso!
La solemnidad de hoy nos ayuda así a considerar una verdad
fundamental de la fe cristiana, que nosotros profesamos en el
“Credo”: la comunión de los santos. ¿Qué cosa
significa esto: la comunión de los santos? Es la unión que
nace de la fe y une a todos cuantos pertenecen a
Cristo por la fuerza del
Bautismo. Se trata de una unión espiritual - ¡todos estamos unidos!
- que no se quebrará después de la muerte, sino
proseguirá en la otra vida. En efecto, subsiste un
lazo indestructible entre nosotros vivientes en este mundo y cuantos
han cruzado el umbral de la muerte. Nosotros aquí en la tierra,
junto a cuantos han entrado en la eternidad,
formamos una sola grande familia. Se mantiene esta
familiaridad.
Esta maravillosa comunión, esta maravillosa unión común entre
tierra y cielo se actúa de forma más elevada e intensa en la
Liturgia, y sobre todo en la celebración de la Eucaristía, que
expresa y realiza la unión más profunda entre los miembros de la
Iglesia. En la Eucaristía, en efecto, nosotros encontramos a Jesús
vivo y su fuerza, y a través de Él entramos en comunión con
nuestros hermanos en la fe: aquellos que viven cono nosotros aquí en
la tierra y aquellos que nos han precedido en la otra vida, la vida
sin fin. Esta realidad nos colma de alegría: es bello
tener tantos hermanos en la fe que caminan a nuestro lado, que
nos sostienen con su ayuda y junto con nosotros recorren el
camino al cielo. Y es consolador saber que hay
otros hermanos que ya han alcanzado el cielo,que
nos esperan y rezan por nosotros, para que juntos podamos contemplar
en la eternidad el rostro glorioso y misericordioso del Padre.
En la gran asamblea de los Santos, Dios ha querido reservar el
primer puesto a la Madre de Jesús. María está al
centro de comunión de los santos, como singular custodia del vínculo
de la Iglesia universal con Cristo, del vínculo de la familia. Ella
es la Madre, Ella es la Madre nuestra, nuestra Madre. Para el que
quiera seguir a Jesús por la senda del Evangelio,
Ella es la guía segura, porque es la primera discípula. Ella es la
Madre amorosa y atenta, a la cual confiar todo
anhelo y dificultad.
¡Recemos junto con la Reina de todos los Santos para que nos
ayude a responder con generosidad y fidelidad a Dios que nos llama a
ser santos como Él es Santo!” (cfr Lv
19,2; Mt 5,48).
Después de Ángelus el Santo Padre dijo:
“Queridos hermanos y hermanas,
La liturgia de hoy habla de la gloria de la Jerusalén del cielo, la Jerusalén celeste. Los invito a rezar para que la Ciudad Santa, querida por los judíos, cristianos y musulmanes, que en estos días ha sido testigo de diversas tensiones, pueda ser siempre más signo y anticipo de la paz que Dios desea para toda la familia humana”.
Hoy en Victoria (España), ha sido proclamado Beato el mártir Pedro Asúa Mendía. Sacerdote humilde, y austero, predicó el Evangelio con la santidad de vida, la catequesis y la dedicación hacia los pobres y necesitados. Arrestado, torturado y muerto por haber manifestado su voluntad a permanecer fiel al Señor y a la Iglesia, representa para todos nosotros un maravilloso ejemplo de fortaleza en la fe y de testimonio de la caridad.
Saludo a todos los peregrinos provenientes de Italia de tantos Países. En particular, saludo a los participantes en la “Carrera de los Santos” y en la “Marcha de los Santos”, promovidas respectivamente por la Fundación Don Bosco en el mundo y por la Asociación Familia Pequeña Iglesia. Doy la bienvenida a estas iniciativas que unen el deporte, el testimonio cristiano y los esfuerzos humanitarios. Saludo también a los chicos de Modena que ha recibido la Confirmación, con sus padres y sus catequistas, así como a los voluntarios de la ciudad de Sciacca y al grupo deportivo de la parroquia de Castegnato (Brescia).
Esta tarde iré al cementerio del Verano y celebraré la Santa Misa en sufragio de os difuntos. Visitando el principal cementerio de Roma, me uno espiritualmente a cuantos en estos días visitan las tumbas de sus muertos en los cementerios de todo el mundo.
A todos deseo una buena fiesta de los Santos, en la alegría de formar parte de la gran familia de los Santos. No se olviden, por favor, de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y adiós!”.
(Traducción del original italiano: http://catolicidad.blogspot.com)