lunes, 24 de noviembre de 2014

Papa a Movimientos eclesiales y nuevas comunidades: “Conservad la frescura del carisma, respetad la libertad y buscad la comunión”


CIUDAD DEL VATICANO, 22 noviembre 2014 (VIS).- Conservar la frescura del carisma, respetar la libertad de las personas y buscar siempre la comunión, fueron las tres indicaciones que el Papa FRANCISCO dio a los participantes en el Tercer Congreso Mundial de los Movimientos Eclesiales y las Nuevas Comunidades promovido por el Pontificio Consejo para los Laicos y cuyo tema ha sido ''La alegría del Evangelio, una alegría misionera''.


''Los movimientos y comunidades que representáis -dijo el Santo Padre recibiéndoles esta mañana en la Sala Clementina- se proyectan ahora hacia la fase de madurez eclesial, que requiere una actitud vigilante, de conversión permanente, con el fin de que el impulso evangelizador sea siempre vivo y fecundo... Conversión y misión están estrechamente unidas. De hecho, sin una verdadera conversión del corazón y de la mente no se anuncia el evangelio, pero si no nos abrimos a la misión... la fe se hace estéril''.


Refiriéndose a la primera indicación, conservar la frescura del carisma, FRANCISCO recordó que con el pasar del tiempo ''crece la tentación de conformarse, de endurecerse en esquemas tranquilizadores, pero estériles. Sin embargo, "la realidad es más importante que la idea" y si para la supervivencia del carisma es necesaria una cierta institucionalización del mismo, no debemos engañarnos creyendo que las estructuras exteriores puedan garantizar la acción del Espíritu Santo. La novedad de vuestras experiencia no consiste en los métodos y formas, que también son importantes, sino en la disposición a responder con renovado entusiasmo a la llamada del Señor''.


Otra cuestión es cómo acoger y acompañar a los seres humanos de nuestro tiempo, en particular a los jóvenes. ''El hombre de hoy -argumentó el Papa- vive serios problemas de identidad y tiene dificultades para tomar sus propias decisiones; por lo tanto, tiene una disposición a ser influido, a delegar en otros las decisiones importantes de la vida. Debemos resistir la tentación de sustituirnos a la libertad de las personas, a dirigirlas sin esperar a que maduren realmente. Un progreso moral o espiritual logrado gracias a la inmadurez de la gente es un éxito aparente, condenado al fracaso. La educación cristiana requiere, en cambio, un acompañamiento paciente que sabe esperar los tiempos de cada uno, como hace con cada uno de nosotros el Señor; la paciencia es la única manera para amar de verdad y llevar a las personas a una relación sincera con El''.


Por último, los movimientos no deben olvidar nunca que el bien más precioso, el sello del Espíritu Santo es la comunión. ''Para que el mundo crea que Jesús es el Señor debe ver la comunión entre los cristianos, pero si ve divisiones, rivalidades y maledicencias cualquiera que sea la causa, ¿cómo se puede evangelizar? Recordad este principio: "La unidad prevalece sobre el conflicto" porque el hermano vale mucho más que nuestras posiciones personales: Cristo derramó su sangre por él. Además, la verdadera comunión, no puede existir en un movimiento o una nueva comunidad, si no se integra en la comunidad más amplia que es nuestra Santa Madre Iglesia jerárquica. El todo es mayor que la parte y la parte tiene sentido en relación con el todo. Y la comunión también consiste en afrontar juntos y unidos las cuestiones más importantes, como la vida, la familia, la paz, la lucha contra la pobreza en todas sus formas, la libertad de religión y de educación''.