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ESTAMBUL, TURQUÍA,
29 de noviembre 2014 (VIS).- Esta mañana el Papa FRANCISCO se
despidió de Ankara para desplazarse en avión a Estambul, la única
ciudad en el mundo entre dos continentes, Asia y Europa, en las dos
orillas del Bósforo que une el Mar Negro con el Mediterráneo. A su
llegada fue acogido por el Gobernador de Estambul y por el Patriarca
Ecuménico Bartolomé I, para después trasladarse en automóvil a la
Mezquita Azul o mezquita del Sultan Ahmed.
Construida entre
1609 y 1617 por Ahmed I sobre lo que fue el gran palacio de
Constantinopla, la mezquita paso a ser el lugar de culto más
importante del imperio otomano. El nombre de ''mezquita azul'' se
deriva de los 21,043 azulejos de cerámica turquesa de las paredes y
la cúpula. Las paredes, columnas y arcos están recubiertas de la
cerámica de Iznik (la antigua Nínive) con colores que van del azul
al verde. Benedicto XVI la visitó durante su viaje a Turquía
en 2006. FRANCISCO fue acogido por el Gran Mufti y se detuvo unos
momentos en adoración silenciosa.
Finalizada la visita
el Santo Padre se trasladó al Museo de Santa Sofía, la Basílica
dedicada a la Divina Sabiduría, Hagia Sophia, construida en el año
360 por el emperador Constancio II sobre un lugar ocupado por templos
paganos. Dos incendios, uno en el 404 y otro en el 532 la destruyeron
pero el emperador Justiniano emprendió su reconstrucción para hacer
de ella ''la obra más suntuosa desde la época de la Creación'',
ordenando a todas las provincias del imperio que suministrasen los
mármoles mejores y los materiales más apreciados. Santa Sofía fue
así inaugurada por tercera vez en el 537.
Durante la conquista
de Constantinopla en 1204 es despojada por los cristianos latinos de
los adornos más ricos y en 1453, cuando cae en manos de los
otomanos, Mehmed II la transforma en mezquita, convirtiéndola en la
primera mezquita imperial de Estambul.
Durante los tres siglos siguientes el lugar de culto musulmán recibe espléndidos regalos de diversos sultanes hasta que en el Setecientos los mosaicos son cubiertos de cal. En 1847 el sultán Abdulmegid confía a los arquitectos suizos Gaspare y Giuseppe Fossati la tarea de devolver a la luz los mosaicos y de restaurar el edificio. Desde 1935, por voluntad de Ataturk, Santa Sofía es un museo. Los Papas Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI lo visitaron siempre durante sus viajes a Turquía.
Durante los tres siglos siguientes el lugar de culto musulmán recibe espléndidos regalos de diversos sultanes hasta que en el Setecientos los mosaicos son cubiertos de cal. En 1847 el sultán Abdulmegid confía a los arquitectos suizos Gaspare y Giuseppe Fossati la tarea de devolver a la luz los mosaicos y de restaurar el edificio. Desde 1935, por voluntad de Ataturk, Santa Sofía es un museo. Los Papas Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI lo visitaron siempre durante sus viajes a Turquía.
El Papa FRANCISCO
fue recibido por el Director del museo en la Puerta del Emperador que
lo acompañó en una visita guiada que duró alrededor de media hora.
El Santo Padre firmó en el Libro de Oro de Santa Sofía, primero en
griego con la frasse Αγία Σοφία του Θεού (Santa
Sabiduría de Dios) y luego en latín ''Quam dilecta tabernacula tua
Domine'' (¡Cuán hermoso es tu santuario, Señor! (Salmo 83).
Después de visitar
Santa Sofia, FRANCISCO fue a la Representación Pntificia donde le
esperaban los miembros de las comunidades católicas (latina,
armenia, siria y caldea) de Estambul y donde recibió el saludo del
Presidente de la Conferencia Episcopal Turca el Arzobispo Ruggero
Franceschini OFM Cap.