CIUDAD DEL VATICANO, 18 noviembre 2014
(VIS).- El Arzobispo Silvano Tomasi, Observador Permanente de la Santa
Sede en la Oficina de Naciones Unidas en Ginebra intervino el pasado 13
de noviembre en el encuentro anual de los Estados Partes en la
Convención sobre prohibiciones o restricciones del empleo de ciertas
armas convencionales que puedan considerarse excesivamente nocivas o de
efectos indiscriminados (CAC).
El
prelado en su intervención, presentó tres cuestiones a considerar por
la CAC. En primer lugar habló del trabajo sobre los sistemas de armas
letales autónomas. ''Es necesario un enfoque global: científico,
jurídico, cultural, económica, ético y humanitario. La Santa Sede ha
expresado su posición sobre la cuestión durante la reunión informal...
Sin embargo, deseo reiterar nuestro deseo de que el mandato relacionado
con tales cuestiones sea renovado teniendo en cuenta la importancia de
mantener un registro oficial de las declaraciones, documentos, debates y
discusiones''.
La
segunda cuestión fue el uso de armas explosivas en áreas pobladas.
''¿Cómo proteger a la población civil si con la creciente urbanización
de la población mundial, la tendencia de las guerras urbanas
aumentará?'', se preguntó el arzobispo, planteando el argumento de si es
suficiente el actual derecho humanitario internacional para
salvaguardar las infraestructuras civiles, indispensables para la
subsistencia de grandes comunidades. ''La verdad que se desprende de las
observaciones y los datos disponibles en la actualidad -dijo- es que
los civiles son las principales víctimas de los conflictos''. Y
recordando la carencia de protección de millones de refugiados y
personas desplazadas, en su mayoría civiles, entre ellos muchas mujeres y
niños, la destrucción total o parcial de muchas ciudades, la alteración
total de la vida social, académica, económica y política, el
endurecimiento de los sentimientos de odio y de venganza, afirmó que a
veces parece ''difícil, el incluso imposible, restaurar la paz y la
reconstrucción nacional''. Por eso el prelado sugirió añadir esta
cuestión en el orden del día de la CAC.
Por
último, mencionó el uso de los drones armados destacando que la CAC
debe tratar este tema de manera adecuada ya que ''estamos asistiendo a
una cierta proliferación de esta tecnología y a su uso cada vez mayor en
varios conflictos... El hecho de no hacer frente a los problemas en el
momento adecuado puede tener consecuencias desastrosas y convertirlas en
situaciones intratables, como lo demuestran las experiencias en otras
áreas''. Mons. Tomasi concluyó reiterando que ''la CAC todavía tiene
tiempo para interesarse por los drones antes de que se conviertan en
otra fuente de gran inestabilidad, mientras que la comunidad
internacional necesita más que nunca la estabilidad, la cooperación y la
paz''.