lunes, 10 de noviembre de 2014

Recibe el Santo Padre a los Obispos de Senegal, Mauritania, Cabo Verde y Guinea Bissau y les exhorta a preocuparse más por la calidad que por la cantidad de los sacerdotes


CIUDAD DEL VATICANO, 10 noviembre 2014 (VIS).- Los prelados de la Conferencia Episcopal de Senegal, Mauritania, Cabo Verde y Guinea-Bissau fueron recibidos esta mañana por el Santo Padre FRANCISCO al final de su Visita “ad Limina Apostolorum”. En el discurso que les entregó acabada la audiencia, el Papa escribe que el viaje de los Obispos a la Sede de Pedro es ''una oportunidad para fortalecer la comunión que mantienen las Iglesias particulares con la Iglesia de Roma y con su Obispo. Pero también lo es para fortalecer los lazos de amor entre vosotros... y por lo tanto para vivir la colegialidad. Esto representa un gran desafío para una Conferencia Episcopal que agrupa a los obispos de cuatro países - Senegal, Mauritania, Cabo Verde y Guinea-Bissau - diferentes por idioma, geografía, cultura e historia, pero que sin embargo sienten la necesidad de reunirse y apoyarse unos a otros en el ministerio''.


''Entre los retos a que os enfrentáis -continúa el texto- está el de arraigar la fe más profundamente en los corazones para que se ponga realmente en práctica en la vida. Esto es particularmente cierto en las zonas de primera evangelización, pero también allí donde el Evangelio fue anunciado hace mucho tiempo, porque la fe es un don que siempre hay que fortalecer y que hoy se ve amenazado de muchas maneras, ya sea por propuestas religiosas más fáciles y atractivas desde el punto de vista moral como por el fenómeno de la secularización que afecta a las sociedades africanas''.


Por tanto, ''conviene que los laicos reciban una sólida formación doctrinal y espiritual, y un apoyo continuo para que sean capaces de dar testimonio de Cristo en sus ambientes de vida e imbuir a la sociedad con los principios del Evangelio, evitando que la fe sea marginada en la vida pública. También la pastoral familiar - como destacó el reciente Sínodo de los Obispos - debe ser objeto de una atención especial porque la familia... es el lugar donde se enseñan los fundamentos de la fe, los principios básicos de la vida en común, y con frecuencia el lugar donde surgen las vocaciones sacerdotales y religiosas que vuestras Iglesias necesitan''.


''La formación sacerdotal -escribe FRANCISCO- es decisiva para el futuro. Vuestros países viven situaciones muy diferentes, pero la primacía de la calidad sobre la cantidad es siempre necesaria...Os invito a estar cerca de vuestros sacerdotes, especialmente de los jóvenes, para asegurar que después de la ordenación perseveren en la formación permanente y en la vida de oración, y tengan un guía espiritual. Para que puedan afrontar los retos que se les presentan: para algunos, un cierto aislamiento, para otros, la pobreza material y la falta de recursos, para otros la atracción del mundo, etc.. El contacto con otras religiones es un hecho relevante en varias diócesis vuestras ya que el Islam es mayoritario, en términos de relaciones recíprocas entre comunidades diferentes. Creo que es importante que el clero reciba una formación también encaminada a entablar un diálogo constructivo con los musulmanes, un diálogo cada vez más necesario para vivir una coexistencia pacífica. Porque si todos nosotros, creyentes en Dios, deseamos servir a la reconciliación, la justicia y la paz, hemos de trabajar juntos para impedir toda forma de discriminación, intolerancia y fundamentalismo confesional''.


''De forma más general -prosigue- me parece importante que no dudéis en ocupar todo el espacio que os corresponde en la sociedad civil. Sé que trabajáis con perseverancia, en particular en Senegal y Guinea-Bissau, por la paz y la reconciliación, y esto me alegra. Os recomiendo que mantengáis buenas relaciones con las autoridades políticas con el fin de promover el reconocimiento oficial de las estructuras de la iglesia lo que facilita enormemente el trabajo de evangelización. Algunos de vosotros, como los obispos de Cabo Verde, ya se benefician de la existencia de un acuerdo marco entre el Estado y la Santa Sede. Incluso donde la Iglesia es una minoría - o está completamente al margen de la vida civil - es apreciada y reconocida por su importante contribución en los campos del desarrollo humano, la salud y la educación. Os doy las gracias por cuanto lleváis a cabo en vuestras diócesis, a menudo gracias al esfuerzo de muchas congregaciones religiosas y de numerosos laicos''.


''Queridos hermanos -concluye el Pontífice- algunas de vuestras Iglesias son pequeñas y frágiles, pero son valientes y generosas en el anuncio de la fe y vosotros sois testigos de su dinamismo. Dio gracias a Dios por las maravillas que cumple a través de vosotros y os doy de nuevo las gracias como a todos los que participan en esta tarea común de evangelización''.