lunes, 15 de diciembre de 2014

Ángelus: “Redescubrir la alegría real de Jesucristo”



CIUDAD DEL VATICANO, 14 de diciembre 2014 (VIS).- Hoy, tercer domingo de Adviento, conocido como ''domingo de la alegría'' (gaudete) el Papa FRANCISCO se asomó a la ventana de su estudio para rezar el Ángelus con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro entre los que se encontraban numerosos niños que habían traído las figuritas de Jesús para ponerlas en el Belén después de que el Papa la bendijese.


El Papa recordó que después de la vigilancia espiritual el Adviento invita a otra actitud para preparar el camino a Jesús: la alegría. ''El corazón del hombre -dijo- desea la alegría. Todos deseamos la alegría, cada familia, cada pueblo aspira a la felicidad. ¿Pero cuál es la alegría que el cristiano está llamado a vivir, está llamado a testimoniar? Es la que viene de la cercanía de Dios, de su presencia en nuestra vida. Desde que Jesús entró en la historia, con su nacimiento en Belén, la humanidad recibió el germen del Reino de Dios, como un terreno que recibe la semilla, promesa de la futura cosecha. ¡Ya no hace falta buscar en otro lugar! Jesús vino a traer la alegría a todos y para siempre. No se trata de una alegría solamente esperada o postergada al Paraíso: aquí en la tierra estamos tristes pero en el Paraíso seremos dichosos. ¡No, no! Es una alegría real y que se puede sentir ya desde ahora, porque Jesús mismo es nuestra alegría, y nuestra casa con Jesús es alegre''.


Todos nosotros, los bautizados, los hijos de la Iglesia, estamos llamados a ''acoger siempre nuevamente la presencia de Dios en medio de nosotros y a ayudar a los demás a descubrirla, o a redescubrirla en el caso de que la hubieran olvidado. Se trata de una misión bellísima, parecida a la de Juan Bautista: orientar la gente hacia Cristo - ¡no hacia nosotros mismos! – porque es Él la meta hacia la que tiende el corazón del ser humano cuando busca la alegría y la felicidad''.


San Pablo, en la liturgia de hoy, indica las condiciones para ser misioneros de la alegría: orar con perseverancia, dar siempre gracias a Dios, secundar su Espíritu, buscar el bien y evitar el mal. ''Si nuestro estilo de vida será así -aseveró el Papa- la Buena Nueva podrá entrar en tantas casas y ayudar a las personas y a las familias a redescubrir que en Jesús está la salvación. En Él es posible encontrar la paz interior y la fuerza para afrontar cada día las diversas situaciones de la vida, también aquellas más pesadas y difíciles. Nunca se ha oído hablar de un santo triste o de una santa con cara de funeral. Sería un contrasentido. El cristiano es una persona con el corazón lleno de paz porque sabe poner su alegría en el Señor también cuando atraviesa los momentos difíciles de la vida. Tener fe no significa no tener momentos difíciles, sino tener la fuerza de afrontarlos sabiendo que no estamos solos. Esta es la paz que Dios da a sus hijos''.