miércoles, 17 de diciembre de 2014

Audiencia General del Papa FRANCISCO: “Jesús eligió venir al mundo en una familia”


CIUDAD DEL VATICANO, 17 de diciembre 2014 (VIS).- La familia es el ''gran don que el Señor hizo al mundo desde el principio, cuando confirió a Adán y Eva la misión de multiplicarse y henchir la tierra. Ese don que Jesús confirmó y selló en su evangelio'', afirmó el Papa FRANCISCO durante la Audiencia General de los miércoles celebrada a las 10.00 horas en la Plaza de San Pedro y primera catequesis dedicada al tema que desarrollará a lo largo del próximo año: la familia.


La proximidad de Navidad ilumina el misterio de la encarnación del Hijo de Dios que abre un capítulo nuevo en la historia universal del hombre y de la mujer. ''Y este nuevo inicio -recalcó - ocurre dentro de una familia, en Nazaret. Jesús nació en una familia..Podía haber venido de forma espectacular, como un guerrero o como un emperador... En cambio, no. Vino como un hijo a una familia''.


Dios quiso nacer ''en una familia humana que el mismo formó. Y la formó en una aldea remota de la periferia del Imperio Romano. No en Roma, que era la capital del Imperio, no en una gran ciudad, sino en una periferia, casi invisible, y además de mala fama. Lo recuerdan también los Evangelios con la frase: ''¿De Nazaret puede salir algo bueno?" Tal vez, en muchas partes del mundo -señaló FRANCISCO - nosotros seguimos hablando así cuando escuchamos el nombre de algún lugar periférico de una gran ciudad. Y sin embargo, desde allí, desde la periferia del gran Imperio, inició la historia más santa y más buena, la de Jesús entre la humanidad''.


Jesús se quedó en esa periferia durante treinta años en los cuales ''no se habla de milagros o curaciones, de predicaciones, de multitudes que acuden. En Nazaret todo parece suceder "normalmente", de acuerdo con las costumbres de una familia judía piadosa y laboriosa.... Los Evangelios, en su sobriedad no dicen nada sobre la adolescencia de Jesús y dejan esta tarea a nuestra meditación afectuosa. El arte, la literatura, la música han recorrido este camino de la imaginación. Ciertamente, no es difícil imaginar cómo las madres podrían aprender de las atenciones de María por su Hijo. Y cuanto los padres podrían aprender del ejemplo de José, el hombre justo, que dedicó su vida a sostener y defender a su hijo y a su esposa - su familia - en los pasajes difíciles''. Por no hablar -exclamó el Papa- de cómo los niños pueden ser alentados por Jesús adolescente a entender la necesidad y la belleza de cultivar su vocación más profunda, y de soñar en grande''.


''Cada familia cristiana - como lo hicieron María y José - puede ante todo recibir a Jesús, escucharlo... protegerlo, crecer con El y así mejorar el mundo. Hagamos espacio en nuestros corazones y en nuestras jornadas al Señor. Lo mismo hicieron María y José, y no fue fácil: ¡cuántas dificultades tuvieron que superar! Y su familia no era falsa, no era una familia irreal. La familia de Nazaret nos llama -recapituló el Santo Padre- a redescubrir la vocación y la misión de la familia, de cada familia. Y, como sucedió en esos treinta años en Nazaret, lo mismo nos puede suceder a nosotros: hacer que sea normal el amor y no el odio, hacer que lo normal sea la ayuda mutua, no la indiferencia o la hostilidad. No es entonces una casualidad, que "Nazaret" signifique: ''La que custodia''. Desde entonces, cada vez que una familia custodia este misterio, aunque esté en la periferia del mundo, el misterio del Hijo de Dios se pone a la obra. Y viene para salvar el mundo''.


El Pontífice hizo un llamamiento para que se rezase por las víctimas de los inhumanos actos terroristas de los últimos días en Australia, Pakistán y Yemen. ''Que el Señor reciba en su paz a los difuntos -ha dicho- consuele a las familias, y convierta los corazones de los violentos que no se detienen ni siquiera ante los niños''.


Al final de la Audiencia, 2.500 personas bailaron la milonga al son del bandoneon en la Plaza de San Pedro para felicitar al Papa su 78 cumpleaños. La iniciativa ''Un tango para FRANCISCO'' surgió en las redes sociales y, como se ha visto hoy, miles de personas se adhirieron a ella.


El Papa saludó a los fieles en francés, inglés, alemán, español, portugués, polaco y árabe.

Estas fueron sus palabras en castellano:

Queridos hermanos y hermanas:


Con vistas al Sínodo sobre la familia, que tendrá lugar en el mes de octubre, he decidido dedicar las catequesis de este año a reflexionar sobre la familia, este gran don que Dios dio al mundo desde el principio de la creación. La cercanía de la Navidad nos recuerda que Dios quiso nacer en una familia, en un pequeño y apartado pueblo del Imperio Romano. Jesús permaneció en Nazaret alrededor de 30 años, llevando una vida normal, en el seno de una familia israelita piadosa y trabajadora. Alguno puede pensar: Si vino a redimir al mundo, qué manera de perder el tiempo, ¿no? Y, sin embargo, lo hizo así. Entre otras costumbres de la vida cotidiana, se dedicó al cumplimiento de los deberes sociales y religiosos, el trabajo con José, la escucha de la Escritura y el rezo de los salmos. María y José acogieron con amor a Jesús, teniendo que superar muchas dificultades. Por ello, la suya no era una familia irreal, de fábula. Cuánto podemos aprender de María y de José, y especialmente de su amor a Jesús. Ellos nos ayudan a redescubrir la vocación y la misión de la familia, de toda familia. Cada vez que una familia, en cualquier parte del mundo, acoge este misterio, en ella actúa el misterio del Hijo de Dios que viene a salvar el mundo.


Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Argentina, México, y otros países latinoamericanos. También, cuando hice el recorrido, había varios grupos de tangueros, Les deseo que hoy puedan hacer buen espectáculo, y que sople un poco de viento pampero aquí. Que la proximidad del nacimiento de Jesús avive en todas nuestras familias el deseo de recibirlo con un corazón puro y agradecido. Muchas gracias y que Dios los bendiga”.


La Audiencia General concluyó con el canto del Pater Noster y la Bendición Apostólica impartida por el Santo Padre FRANCISCO.