Yangon, MYANMAR (Agencia Fides, 29/01/2019) - "Nosotros, el pueblo de Myanmar, con lágrimas
en los ojos, el corazón estremecido por el miedo y el dolor, llamamos a
las puertas de nuestros gobernantes y de la comunidad internacional.
Ante la triste perspectiva de perder a 'nuestra madre', la Irrawaddy,
por la avaricia de una superpotencia, como ciudadanos de Myanmar pedimos
la ayuda de todas las personas de buena voluntad", es el llamado que ha
hecho circular el cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Rangún, y
presidente de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia (FABC).
En el texto del llamado, enviado por el cardenal a la Agencia Fides, se
lee: "El Irrawaddy no es sólo un río para nosotros, no es una mercancía
para intercambiar. Es la madre sagrada de todos los pueblos que viven en
Myanmar. Su historia está entrelazada con la historia de Myanmar. Como
una joya en el cuello de nuestra nación, el Irrawaddy atraviesa todo el
país durante miles de kilómetros. Él es testigo de nuestro dolor, de
nuestras alegrías y de nuestra historia herida. Es nuestra esperanza, es
nuestro destino".
El Cardenal continúa: "Para una nación en la que el 80 por ciento de la
población vive de la agricultura, el Irrawaddy es un compañero de vida
incansable. Baja danzando por las montañas, sus meandros místicos
atraviesan el alma de la nación, su generosidad hacia los campesinos
pobres lo convierten en la identidad sagrada de la nación. Este río es
el símbolo más sagrado de nuestra nación".
Tras décadas en las que las grandes potencias han explotado los recursos
de Myanmar, el texto señala que "los recientes acontecimientos en el
país han aumentado aún más la presión de algunos países sobre nuestra
nación. Las amenazas y el chantaje se utilizan con impunidad". En este
contexto, "la presa de Myitstone -dice el texto- es la sentencia de
muerte del pueblo de Myanmar. La sombría perspectiva de que millones de
agricultores pierdan sus medios de vida, el abuso de los lugares
sagrados a lo largo de los ríos, la muerte y la destrucción de la
preciosa flora y fauna de nuestro país, se está convirtiendo en una
realidad de pesadilla. Esta presa causará un desastre ambiental. La
presa Myitstone es una poción envenenada que generará una guerra
crónica. La paz se desvanecerá y al pueblo de Myanmar le espera un
triste futuro. No nos lo merecemos".
La petición continúa diciendo: "Para el futuro de la paz, la presa de
Myitstone debe ser detenida. El ex presidente U Thein Sein ha dado el
paso audaz de detener las obras de la presa. Creemos que todos en
Myanmar apoyarán la iniciativa de derogar cualquier tratado que ofenda a
nuestra ‘Madre Irrawaddy’. Los que apoyan la reanudación del trabajo en
la presa de Myitstone son como hijos e hijas que cambian a sus padres
por ganancias monetarias. La historia nunca perdonará a los que venden
‘nuestra madre’, el Irrawaddy".
El Cardenal declara: "En nombre de todo el pueblo de Myanmar,
especialmente de los campesinos pobres, pedimos sinceramente a todas las
partes interesadas que pongan fin a los intentos de abusar de nuestra
madre Irrawaddy. Instamos encarecidamente al pueblo de Myanmar a
colaborar para proteger la dignidad del Irrawaddy. Confiamos en que