Manila, FILIPINAS (Agencia Fides, 29/01/2019) - Es urgente contrarrestar "la espiral de odio"
que se está gestando en la sociedad. Así lo afirmaron los obispos
filipinos al término de su 118ª asamblea plenaria celebrada en Manila
del 26 al 28 de enero. En la carta pastoral emitida al final de los
trabajos y enviada a la Agencia Fides, los obispos hablan de "espiral de
odio", refiriéndose al atentado contra la catedral de Jolo, que el 27
de enero mató al menos a 20 personas e hirió a más de 80, pero también
mencionan el rastro de ejecuciones extrajudiciales que se producen en el
contexto de la "guerra contra las drogas".
El texto, firmado por el presidente de la conferencia, el arzobispo de
Davao, Rómulo Valles, dice: "El reciente ataque a la catedral de Jolo,
donde decenas de personas murieron y muchas otras resultaron heridas, es
una prueba más de la espiral de odio que está destruyendo el tejido
moral de nuestro país".
La Conferencia Episcopal también hace un llamamiento a abandonar "la
cultura de la violencia que ha prevalecido en nuestra tierra, optando
por la valentía, el amor, la fe y la convicción. La fe es la fuente de
la fuerza de las personas y guía, como una brújula moral y espiritual de
la vida de las personas, en diferentes situaciones de la vida
cotidiana", subrayan.
"Más que nunca, como miembros de la Iglesia, debemos darnos cuenta de
que nuestra fuerza está en mantener intacta nuestra fe, aplicándola, en
conciencia, a los complejos y múltiples problemas de la vida: en la
elección de líderes, en el ejercicio de la vocación de los ciudadanos,
en el crecimiento de las familias, en el trabajo y en las profesiones".
Los obispos esperan que "la fe mantenga unidos estos diferentes aspectos
de la vida, dejando que la conciencia hable con coherencia en todos los
aspectos de nuestra vida, para que el mal sea vencido con el bien".
Después de la asamblea, el arzobispo Valles declaró que, ante una acción
malvada como la de Joló, "como creyentes debemos mirar en nuestros
corazones y responder con el bien. Esta es la fuerza de nuestra fe".
El arzobispo Antonio Ledesma de Cagayán de Oro, al término de la
asamblea, también dijo que el ataque "pretende poner en peligro el
proceso de paz en Mindanao, especialmente después del referéndum sobre
la Ley Orgánica Bangsamoro, que de hecho es un acuerdo de paz entre el
gobierno y los grupos armados de las comunidades musulmanas". Y expresó
la esperanza de que "ese ataque no destruya el camino hacia la paz".