Managua, NICARAGUA (Agencia Fides, 06/05/2019) – El régimen del presidente Daniel Ortega
insiste en que la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia pida a
la comunidad internacional que suspenda las sanciones contra Nicaragua
como condición para continuar el diálogo. Sin embargo, la Alianza
considera que esta solicitud es una estrategia para terminar rápido con
el diálogo, mientras que el plazo de noventa días establecido por el
gobierno para la liberación de todos los presos políticos se acerca sin
que los prisioneros hayan sido liberados.
Esta es la situación en Nicaragua, según fuentes de Fides en el país centroamericano.
La nota recibida informaba que Juan Sebastián Chamorro, miembro y
delegado en la mesa de negociaciones de la Alianza Cívica, señaló que en
este momento "el levantamiento de las sanciones no tiene sentido" y
que, al final de los noventa días solicitados por el régimen, si los
presos políticos no serán liberados, quizás incluso se apliquen
sanciones internacionales más severas contra la dictadura. En esta
coyuntura, la presión de los testigos y garantes de los acuerdos
firmados el 23 de marzo parece fundamental para que se respeten.
La semana pasada, la mesa del Diálogo abordó tres temas: la liberación
de todos los presos políticos en mayo, la exención de impuestos para el
material necesario para imprimir periódicos, el regreso seguro de los
exiliados. La delegación del gobierno informó que si la Alianza Cívica
no hubiera solicitado la suspensión de las sanciones internacionales, no
habría procedido con los otros asuntos. En este punto, entonces todo se
detuvo.
La Iglesia Católica, que a través de la Conferencia Episcopal (CEN)
sigue de cerca las conversaciones en la mesa del Diálogo, en su mensaje
para el tiempo de la Pascua, firmado el 1 de mayo, reiteró la necesidad
de un cambio en la sociedad, articulándolo en cinco Objetivos:
"construir una sociedad en paz y justa, coherente con los intereses de
todos" (1), la dignidad de la persona humana como centro del derecho y
la libertad (2), vivir la democracia de acuerdo con sus principios y con
elecciones libres, porque el pueblo es el verdadero soberano (3), el
ejercicio de la libertad de expresión debe ser garantizado (4), la paz
es el fruto de la justicia "apoyando cada iniciativa de diálogo y
agradeciendo a la Santa Sede por el esfuerzo que hace aquí con nosotros
(5)".
El documento, firmado por todos los obispos nicaragüenses, se distribuyó
en todas las comunidades católicas del país y sirvió de estímulo para
el compromiso de la comunidad cristiana en este momento histórico del
país. En las últimas líneas de este texto, recuerda: "A pesar de las
señales contrarias de que vivimos, el Señor está en la puerta, cerca y
activo. No se trata de buscar vias para evadir de la situación actual,
sino de enfrentarla en comunión con Cristo".