jueves, 13 de noviembre de 2014

“El diálogo entre cristianos y musulmanes es posible, pero hay que cultivarlo constantemente”, afirma Mons. Ndiaye


Roma, ITALIA (Agencia Fides) - “Nosotros pertenecemos a un mundo que está evolucionando y que, en algunos aspectos, es preocupante, porque el despertar yihadista es una amenaza para la paz entre los hombres y la paz entre las religiones. Sin embargo no se puede vivir en una isla, porque vivimos en solidaridad con el resto del mundo”. Lo dice a la Agencia Fides Mons. Benjamin Ndiaye, Obispo de Kaolack y Presidente de la Conferencia Episcopal Interterritorial de Senegal, Mauritania, Cabo Verde y Guinea Bissau, que se encuentra en Roma para la visita Ad Limina.


“En Senegal, tenemos una buena tradición de convivencia pacífica entre cristianos y musulmanes”, dice Mons. Ndiaye. “Esto se debe a la cultura y la sabiduría de sus habitantes. El Islam senegalés está formado especialmente por cofradías sufies que tienen a sus responsables con los que es posible dialogar, que dan a los fieles las líneas de guía y que, en caso de necesidad, pueden calmar a la gente. Todo esto debe seguir cultivándose, porque el diablo siempre está ahí, escondido en las sombras, tratando de sembrar la división entre los hombres”. “Por lo tanto, es necesario preservar este clima de tolerancia para que todos puedan profesar y practicar su fe”, concluye Mons. Ndiaye.


En el encuentro del 10 de noviembre en el Vaticano, de los obispos de Senegal, Mauritania, Cabo Verde y Guinea Bissau, con el Papa Francisco, el Pontífice había puesto de relieve: “el contacto con otras religiones, es una realidad particularmente presente en algunas de vuestras diócesis, ya que el Islam es mayoritario, en condiciones de relaciones mutuas entre comunidades muy diferentes de un lugar a otro”. Por lo que había manifestado que espera que se lleve a cabo “un diálogo constructivo con los musulmanes, diálogo cada vez más necesario para vivir con ellos una convivencia pacífica”.