jueves, 13 de noviembre de 2014

La pobreza obliga a niños cubanos a mendigar por las calles detrás de los turistas


La Habana, CUBA (Agencia Fides) – Al lado de sus padres, a veces trabajando con ellos, otros haciendo largas colas en los mercados para tener algo que comer, o solos, bajo un sol abrasador, los niños cubanos luchan cada día por su supervivencia. Según la información recibida por la Agencia Fides, el trabajo infantil en Cuba sigue siendo una dura plaga que no parece cesar. Algunos niños se ven obligados por sus propios padres a mendigar, detrás de los turistas. A lo largo del paseo marítimo de la capital se ganan la vida como pueden.


La mayoría de los trabajadores cubanos ganan muy poco, viven de la pesca para tener al menos un dólar al día, hacen de guías para turistas, competiciones de natación con ellos sólo para tener algo que comer. En la parte oriental de Cuba, en la carretera que conduce desde Guantánamo a Baracoa, viven muchos niños cuyo único "hobby" es llevar leña y agua con un remolque rudimentaria hecho en casa, para que sus madres pueden cocinar o ayudan a sus padres a criar animales para comer. Nunca juegan y muchas veces ni siquiera pueden ir a la escuela. En su casa no tienen electricidad. Se levantan a las seis de la mañana para ordeñar las vacas y luego se van con sus padres a buscar leña. De una parte a otra de la isla, se multiplican las historias de estos pequeños que tienen que sacrificar sus vidas de juego y fantasías ante la dura realidad que viven todos los días.