viernes, 14 de noviembre de 2014

Liga Maronita: “Ningún país extranjero puede decidir el futuro del Líbano”


Beirut, LÍBANO (Agencia Fides, 14/11/2014) - Para todos los libaneses, “es inconcebible que facciones o partidos extranjeros pretendan determinar los escenarios políticos y demográficos del Líbano en las próximas décadas”. Es inaceptable “confiar a cualquiera la tarea de decidir nuestro destino”. Con estas palabras se ha expresado el Consejo Ejecutivo de la Liga Maronita, en un llamamiento público en el que también se advierte sobre los “graves peligros” que amenazan la identidad y la supervivencia de la nación libanesa. La organización, fundada en los años setenta del siglo pasado para apoyar la identidad y la presencia maronita en el Líbano y en todo el mundo, en el llamamiento describe con palabras alarmantes la condición del Estado libanés ante un Oriente Medio “entregado a las oleadas de violencia y de conflicto confesional que hacen sumirse todo en la oscuridad”, a pesar de que el país siempre ha sido un lugar de tolerancia y desarrollo cultural y civil, tanto para los cristiano s como para los musulmanes.


En opinión de los líderes de la Liga Maronita, los libaneses no deben “alinearse los ejes extranjeros que dañan su patria y su unidad” y hacer un frente común hacia todos “aquellos que tienen diseños para el Líbano”.


En referencia a los conflictos internos que paralizan la vida política e institucional en el país, el pronunciamiento de la Liga habla de los cristianos “dividido entre dos corrientes que participan en un conflicto histórico que no se refiere a ellos en cuanto a cristianos” y también habla de los musulmanes “involucrados en conflictos sectarios con un fondo de estrategias regionales que cruzan las fronteras geográficas”.


Además de destacar el necesidad urgente de elegir un nuevo presidente y llegar a un consenso político sobre una nueva ley electoral, el organismo maronita indica el camino de la superación gradual del confesionalismo político y llama a las fuerzas políticas a apoyar la posición neutral con respecto a Líbano en los conflictos regionales, “sin segundas intenciones y sin complejos”, añadiendo que “la neutralidad no significa una actitud neutral hacia Israel”.