Sokodè, TOGO (Agencia Fides, 25/02/2020) - Según los resultados publicados por la Comisión
Électorale Nationale Indépendante (CENI), Faure Gnassingbé acaba de ser
reelegido Presidente de Togo para un cuarto mandato con casi el 72.36%
de los votos contra el 18.37% de su principal oponente Agbéyomé Messan
Kodjo, ex primer ministro y ex presidente de la Asamblea Nacional, y el
4.35% de Jean Pierre Fabre, presidente del principal partido de
oposición de Togo, la Alianza Nacional para el Cambio.
A pesar de las protestas de la oposición que denunciaron fraudes, el
acceso a Internet estuvo limitado durante el día de la votación y muchos
ciudadanos no pudieron votar. “Abordar el desafío de la democracia en
África no solo debe ser una prerrogativa de los poderes existentes, sino
también de la oposición. El caso reciente de Togo es un ejemplo
perfecto de esto" dice el p. Donald Zagore, sacerdote de la Sociedad de
Misiones Africanas, misionero en Togo. "Sin embargo – continúa -, en
Togo, la oposición ha cometido serios errores por los cuales debe asumir
la responsabilidad".
El misionero señala que la campaña electoral de la oposición se limitó
solo a la zona sur y estuvo ausente del norte del país. "Antes la
oposición era incapaz de hablar al unísono - continúa Zagore -, y había
invitado a sus partidarios a no participar en el censo electoral que
tuvo lugar del 1° al 25 de octubre de 2018. Al no participar en las
elecciones legislativas del 20 de diciembre de 2018, no obtuvo un
representante en el Parlamento. Además, durante la campaña electoral, el
objetivo principal era la remoción del actual presidente en lugar de
proponer un programa gubernamental sólido al pueblo togolés".
“La debilidad de las fuerzas de oposición sigue siendo un grave problema
para la democracia en África: socava la política africana, que por lo
general registra una gran falta de argumentos concretos, prefiriendo a
menudo un lenguaje de violencia y rebeliones armadas para obtener el
acceso al poder", concluye el misionero.