Addis Abeba, ETIOPÍA (Agencia Fides, 26/02/2020) - Una delegación católica etíope de alto
nivel fue detenida durante 16 horas en el aeropuerto de Asmara (en
Eritrea) y luego puesta en libertad, pero forzada a regresar a Addis
Abeba. Según la información de Fides, el incidente ocurrió el sábado 22
de febrero, pero solo ayer se dio a conocer la noticia. La delegación
estaba formada por Su Eminencia el Cardenal Bérhaneyesus Demerew, por
Mons. Musie Ghebregiorghis, Eparca de Emdeber, y por Abba Teshome Fikre,
secretario de la Conferencia Episcopal de Etiopía.
Los tres exponentes de la Iglesia etíope viajaban a Eritrea para
participar en el jubileo de la Iglesia del Arzobispado de Asmara, que
celebra su 50 aniversario y la fiesta anual de su patrona, Kidane Méhret
(Nuestra Señora del Socorro). Los tres tenían sus pasaportes y una visa
de entrada regular. "A su llegada al aeropuerto de Asmara – se lee una
nota del Secretario Católico de Etiopía, enviada a Fides - fueron
detenidos ilegalmente durante 16 horas sin razón y luego fueron
obligados a regresar a Etiopía. Su única culpa es haber deseado
celebrar, junto con los hermanos eritreos, una fiesta religiosa".
El arresto y la negativa a entrar en el país, continúa la nota, son "la
demostración evidente de la labilidad del llamado proceso de paz". "No
hay paz que viole los derechos y libertades de las personas y las
religiones. Condenamos el gesto cometido contra la delegación etíope.
También expresamos nuestra solidaridad con la Iglesia Católica que se
encuentra en Eritrea, que vive en un contexto muy complejo".
A pesar de las aperturas vinculadas al proceso de paz entre Etiopía y
Eritrea, todavía existe una profunda desconfianza entre los dos países.
Treinta años de guerra de independencia, seguida de una guerra
fratricida que ha causado decenas de miles de muertes y veinte años de
tensión, aún no se han eliminado por completo. El régimen de Asmara, uno
de los más duros del continente africano, sigue demostrando
desconfianza y sospecha hacia las personalidades religiosas y políticas
de Etiopía. La esperanza es que la contribución de las comunidades
religiosas, y en particular de la Iglesia Católica, se considere como un
apoyo al proceso de paz, una forma de reducir las tensiones, una
contribución al bien común.