Tashkent, UZBEKISTÁN (Agencia Fides, 28/02/2020) - “El domingo pasado, en nuestra iglesia en
Samarcanda, hicimos una fiesta en honor de Igor, uno de nuestros
feligreses más ancianos, porque, después de pasar toda su vida en
Uzbekistán, ha decidido regresar a su tierra natal, Polonia. Después de
la misa, oramos por él y organizamos un pequeño momento de fraternidad
para saludarlo. Para nosotros, Igor es una persona muy importante porque
su abuelo fue uno de los iniciadores de la parroquia de Samarcanda,
fundada hace 100 años, al igual que Tashkent" explica a la Agencia Fides
el administrador apostólico de Uzbekistán, el padre franciscano Jerzy
Maculewicz.
Este evento hace entender el estilo pastoral y de la presencia de los
pocos sacerdotes y religiosos uzbekos, hacia la población: un estilo
imbuido de "proximidad" y cercanía que se basa en tejer una relación
humana auténtica y profunda. “En los últimos meses hemos tratando de
hacer que nuestras comunidades parroquiales uzbekas sientan nuestra
cercanía. Por ejemplo, con motivo del Día Mundial de los Enfermos, fui a
Urgench, donde celebramos el sacramento de la unción de los enfermos, y
me recibieron unas quince personas. Luego fui a la casa de tres fieles
enfermos que no pueden asistir a la parroquia, rezamos juntos y les
lleve la Eucaristía", explica el franciscano.
El mismo "Día de los enfermos" también se celebró en la ciudad de
Tashkent. "Dado que el 11 de febrero cayó en martes y no todos los
fieles podían participar en la misa, anticipamos las celebraciones al
fin de semana anterior, celebrando juntos una adoración eucarística y la
celebración comunitaria del Sacramento de la reconciliación.
Posteriormente, celebramos misa con la unción de los enfermos, seguida
de un momento recreativo con todos los presentes", concluye el
sacerdote. Son pequeños detalles y momentos sencillos de la vida
comunitaria que sirven para consolidar la pequeña comunidad católica y
para dar un signo visible de la vida evangélica de acuerdo con el
mandamiento ‘Os reconocerán por cómo os amáis’ explica el Administrador
Apostólico.
En esta nación de Asia Central, la fe, reprimida durante el período
soviético, renació gradualmente después de la disolución de la antigua
URSS y experimentó un punto de inflexión en 2005: entre las
Constituciones apostólicas preparadas por Juan Pablo II, la última, en
orden cronológico, está fechada el 1 de abril de 2005 y tiene el nombre
"Usbekistaniae". Con ese documento, emitido justo el día antes de su
muerte, el Papa quería presentar la "Missio sui iuris" uzbeka a la
Administración Apostólica, que había sido creada ocho años antes. Bajo
la protección de San Juan Pablo II - elegido como patrón de la Iglesia
Católica en Uzbekistán -, continúa viviendo y presenciando el Evangelio
en un territorio variado desde un punto de vista económico, social y
religioso. La presencia católica en Uzbekistán se compone de unos 3.000
bautizados, distribuidos en cinco parroquias.