OCIUDAD DEL VATICANO, 20 OCT 2011 (VIS).- Las repercusiones positivas de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebrada en 2008 en Sydney y el recuerdo de Mary Mac Killop, la primera santa australiana fueron los temas centrales del discurso que dirigió S.S. Benedicto XVI a los Obispos de la Conferencia Episcopal Católica Australiana al final de su Visita "ad Limina Apostolorum".
El Papa se refirió al aumento de vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa registrado en Australia a raíz de la JMJ, que dan prueba de "la vitalidad de la Iglesia a la que todos pertenecemos y de la importancia imperecedera de la Buena Nueva que hay que proclamar siempre de nuevo a cada generación".
Hablando a continuación de Santa Mary Mac Killop subrayó que "la valiente respuesta a las dificultades con las que se enfrentó durante toda su vida también pueden inspirar a los católicos de hoy cuando se enfrentan a la nueva evangelización y a los retos que plantea la difusión del Evangelio en la sociedad".
"Es cierto que vuestra carga pastoral - dijo a los prelados - se ha vuelto más pesada debido a los pecados pasados y a las faltas de otros que, lamentablemente, incluyen también a algunos sacerdotes y religiosos; pero la tarea que os corresponde ahora es la seguir reparando los errores del pasado con honestidad y apertura, con el fin de construir, con humildad y determinación, un futuro mejor para todos los afectados. Por lo tanto, os animo a seguir siendo pastores de almas que, junto con su clero, estén siempre dispuestos a dar un paso adelante en el amor y la verdad por el bien de las conciencias de la grey confiada a vosotros, tratando de mantenerla en santidad, enseñándola con humildad y llevándola, de forma irreprochable, por los caminos de la fe católica".