viernes, 3 de agosto de 2012

Mensaje del Papa Benedicto XVI en ocasión del XXV aniversario del Encuentro de Oración de Hieizan, Japón


CASTELGANDOLFO (http://catolicidad.blogspot.com - Agosto 3 de 2012). S.S. Benedicto XVI ha enviado un Mensaje al Supremo Sacerdote del templo budista del Monte Hiei, en ocasión del 25° aniversario del Encuentro Interreligioso de Oración por la paz en el mundo que se lleva a cabo en Hieizan, en el Monte Hiei, cerca de Kyoto.


El Mensaje Papal será leído hoy por Monseñor Pier Luigi Celata, Secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, que se encuentra en estos días de visita en Japón.


Este es el texto íntegro del Mensaje:


"Al Venerable Kojun HANDA
256thTendaiZasu
Supremo Sacerdote de la Denominación Budista Tendai


Me es grato saludarlo a usted y a los líderes religiosos que se reunieron para el vigésimo quinto aniversario de la Cumbre Religiosa en el monte Hiei, en el espíritu de 1986 en el histórico encuentro en Asís promovido por mi predecesor el beato Juan Pablo II. Los líderes religiosos comprometidos con la causa de la paz que es de la mayor importancia, estoy contento de saber que, gracias a sus esfuerzos, la Cumbre en el Monte Hiei se ha convertido en un muy importante evento anual que contribuye efectivamente al diálogo entre personas de diferentes creencias.


Estoy seguro de que el trabajo de la Cumbre y el Simposio estudiando las respuestas de los líderes religiosos ante los desastres naturales redundará en una mayor solidaridad y ayuda mutua. De acuerdo con la perspectiva cristiana, el amor dado a quienes sufren es un reflejo de la caridad divina de Dios que amó tanto al mundo que envió a su Hijo único Jesucristo. En este sentido, mi mente regresa al terremoto y tsunami en el noreste de Japón el año pasado y las terribles consecuencias para toda la nación. Es alentador conocer el rol efectivo de los líderes religiosos ofreciendo esperanza y apoyo, así como consejo y consuelo, a todos quienes sufren. El trágico suceso también mostró como personas de diferentes creencias pudieron cooperar entre sí para el bien de la persona humana.


Con estos sentimientos, y como prenda de buena voluntad y amistad, para todos los reunidos la Cumbre invoco la abundancia de las bendiciones divinas".


                                                                                                                         BENEDICTUS PP. XVI