miércoles, 18 de junio de 2014

“Los dos ataques cometidos por keniatas y extranjeros, no por los Shabaab”, dice el Obispo de Malindi


Nairobi, KENIA (Agencia Fides, 18/06/2014)- “Todavía hay mucho miedo aunque se nota la presencia de los militares y policías enviados por el gobierno para asegurar la zona”, dice a Fides Su Exc. Mons. Emanuel Barbara Obispo de Malindi y Administrador Apostólico de Mombasa, que se encuentra en una visita a Mpeketoni, la ciudad atacada por un grupo armado el 15 de junio. En el asalto al menos 50 personas perdieron la vida. La noche siguiente, se verificó otro ataque a un pueblo cercano.

 

“Por lo que he visto, puedo decir que hay un fondo islámico, pero está claro que también existe un fondo étnico en estos ataques”, dice Mons. Barbara. “Esto se debe a que los asaltantes han matado de forma selectiva a las personas en función de su origen étnico y de su religión. Según las pruebas recogidas sobre el terreno algunos de los agresores han sido reconocidos como bajuni, una población mixta de árabes y africanos, que vive en la costa de Kenia. Entre ellos había también un keniata originario de otra parte del país y al menos un árabe. Por tanto, creemos que se trata de un grupo armado formado específicamente para este ataque y compuesto por elementos keniatas y extranjeros”.


“Tenemos muchas dudas sobre que se trate de elementos Shabaab de Somalia”, dice el obispo. “Su modus operandi es similar al de otros grupos armados que han actuado en el pasado reciente en Kenia. Por ejemplo, las mujeres y los niños se han salvado, han matado a los hombres solamente. Esto se debe a la cultura local, porque si el padre muere, la familia se debilita y, a menudo se ve obligada a huir. Recuerda e lo que sucedió con las guerrillas tribales de Kenia”.


En Mpeketoni faltan cincuenta personas, desde la noche del ataque. “Se cree que están refugiados en el bosque, mientras que el pueblo atacado a la noche siguiente otras 10 personas no han sido encontradas” agrega Mons. Barbara que está preocupado por la propagación de sentimientos de odio y miedo.
 


“Esperamos que los políticos asuman su responsabilidad de garantizar la seguridad de todos y apaciguar los ánimos en lugar de echar leña al fuego”, concluye el obispo.