lunes, 23 de marzo de 2015

Ángelus del Papa FRANCISCO: "Sed como granos de trigo ofreciendo el Evangelio, el Crucifijo y el testimonio de fe" y regala evangelios de bolsillo distribuidos por las personas sin hogar

CIUDAD DEL VATICANO, 22 de marzo 2015 (VIS).- El Papa FRANCISCO se asomó a la ventana del Palacio Apostólico para rezar el Ángelus dominical junto a los miles de fieles y peregrinos, en el quinto domingo de Cuaresma. Antes de la oración mariana, el Pontífice reflexionó sobre el Evangelio del día donde el evangelista Juan narra que algunos griegos y judíos, se dirigieron al apóstol Felipe diciendo que querían ver a Jesús.

El Papa explicó que esta petición iba más allá de un determinado episodio, porque expresa algo universal ya que ''revela un deseo que atraviesa todas las épocas y las culturas, un deseo presente en los corazones de muchas personas que han oído hablar de Jesucristo pero que no lo han encontrado aún''. Jesús responde con una profecía que desvela su identidad e indica el camino para conocerle realmente: ''Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado''. ''La hora de la Cruz. La más oscura de la historia es también la fuente de salvación para cuantos creen en Él''.
''Continuando con la profecía sobre su Pascua ya inminente, -prosiguió el Santo Padre- Jesús usa una imagen sencilla y sugestiva, la del "grano de trigo" que cuando cae a tierra, muere para dar fruto. En esta imagen encontramos otro aspecto de la Cruz de Cristo: el de la fecundidad. Porque la cruz de Cristo es fecunda. La muerte de Jesús, de hecho, es una fuente inagotable de vida nueva, ya que lleva en sí la fuerza regeneradora del amor de Dios. Inmersos en este amor por el Bautismo, los cristianos pueden convertirse en ''granos de trigo'' y dar mucho fruto si, al igual que Jesús, ''pierden la propia vida'' por amor a Dios y a los hermanos''.

FRANCISCO destacó tres cosas que podemos ofrecer a todas las personas que quieren ver a Jesús, que lo buscan, a todas las que no lo encuentran y que incluso tal vez han perdido la fe. El evangelio, donde encontrar a Jesús, escucharle y conocerle. El crucifijo, signo del amor de Jesús que se entregó por nosotros. Y el testimonio de nuestra fe, pobre pero sincera. ''Una fe que se traduce en gestos simples de caridad fraterna. Pero principalmente -concluyó- en la coherencia de vida entre aquello que decimos y aquello que vivimos, coherencia entre nuestra fe y nuestra vida, entre nuestras palabras y nuestras acciones''.

Después del Ángelus, el Papa agradeció a todos los napolitanos la cálida acogida que le brindaron el sábado, durante su Viaje Apostólico. FRANCISCO recordó que este domingo se celebra el día Mundial del Agua, promovido por las Naciones Unidas. ''Es el elemento más esencial para la vida -dijo- y de nuestra capacidad de custodiarlo y de compartirlo depende el futuro de la humanidad'', e hizo un llamamiento a la Comunidad Internacional para que se preocupe ''de que las aguas del planeta sean adecuadamente protegidas y nadie esté excluido o discriminado en el uso de este bien, que es un bien común por excelencia''. en la coherencia de vida entre aquello que decimos y aquello que vivimos, coherencia entre nuestra fe y nuestra vida, entre nuestras palabras y nuestras acciones''.

El Pontífice, como hizo ya el año pasado durante la Cuaresma, regaló a todos los presentes en la Plaza un Evangelio de bolsillo que fue distribuido por personas sin hogar que viven en Roma. ''Este es un gesto muy bonito -afirmó-. Los más necesitados son los que nos regalan la Palabra de Dios. ¡Tomadlo y llevadlo con vosotros, para leerlo frecuentemente! Cada día llevadlo en la cartera, en el bolsillo y leed a menudo un pasaje. ¡La Palabra de Dios es luz para nuestro camino! ¡Os hará bien, hacedlo!.