Katmandu, NEPAL (Agencia Fides, 24/04/2017) - El 25 de abril se cumple el segundo
aniversario del terrible terremoto que afectó a Nepal. La tragedia causó
9 mil muertes, destruyó más de 700 mil hogares y dejó a más de tres
millones de personas en extrema necesidad de ayuda. “Después de dos
años, el país aún sigue de rodillas, pero a pesar de ello es difícil
escuchar noticias al respecto”, se lee en un comunicado enviado a la
Agencia Fides por la Ong WeWorld, que desde hace casi 20 años trabaja en
la defensa de los derechos de los niños y las mujeres más vulnerables
en Italia y en el sur del mundo.
Entre las alarmas urgentes lanzadas, la Ong señala en particular una
emergencia silenciosa que ve como víctimas a los niños, huérfanos o de
familias que han caído en la miseria, la categoría más explotada. “En
esta situación de emergencia, de hecho, los niños y niñas están en alto
riesgo de caer víctimas de la trata.
Según las estimaciones oficiales, cada año 12-15 mil niños y niñas son
víctimas de este trafico en Nepal y destinados principalmente a la
explotación sexual en la India. El problema del trafficking de niños,
especialmente en las zonas de emergencia, es un flagelo del que todos
tenemos que sentirnos responsables y que no se refiere solamente a
Nepal. Los países más afectados por este delito son los que sufren por
conflictos, desastres naturales o pobreza crónica. Las causas se
encuentran tanto en la pobreza de las familias como en la demanda
criminal. De hecho, las familias a menudo no pueden hacerse cargo de sus
hijos o no saben cuidar de su protección o deliberadamente los venden a
los comerciantes a cambio de dinero. El turismo sexual, el trabajo
ilegal, peligroso y mal pagado y más recientemente el tráfico de
órganos, son las principales causas que alimentan la parte de la demanda
del tráfico de niños”.
“En los barrios de Sindupalchock, Kavrepalanchok, y Kathmandu en los que
trabajamos desde hace años en favor de la educación básica - continúa
el comunicado de la Ong -, después del terremoto, hemos tomado medidas
para garantizar un entorno seguro para los niños, con la construcción de
63 instalaciones temporales (Temporary Learning Centre TLC, estructuras
de bambú ligeras, rápidas para construir y seguras durante las réplicas
de terremoto) en las que los pequeños pueden volver a establecer un
estilo de vida normal, un espacio en el que jugar y procesar el trauma.
La importancia de la reconstrucción de escuelas en Nepal no sólo
responde a la necesidad de dar a los niños un lugar seguro donde
estudiar a largo plazo. A través de la escuela, podemos incidir en los
motivos que hacen que el tráfico de niños esté tan extendido en el país:
podemos supervisarlos, mantenerlos alejados de los peligros de la calle
y de los traficantes. Además, en la escuela reciben
comidas
saludables y atención médica, y pesan menos económicamente a sus
familias que a menudo viven en niveles por debajo del nivel de
subsistencia”.