Mocoa, COLOMBIA (Agencia Fides, 21/04/2017) - Dos semanas después del desbordamiento de los
dos ríos, el Sangoyaco y el Mulato, la
población de Mocoa aún vive en estado de emergencia, en especial a nivel
sanitario: faltan alimentos, agua y atención médica. Según la
información enviada a la Agencia Fides la luz ha sido restaurada, pero
sólo por algunas horas al día. Faltan medicamentos, el hospital es
pequeño y las camas están llenas, las personas siguen utilizando agua no
tratada. En este contexto, el riesgo de epidemias se está agravando,
como también lo confirma el último parte médico: hay muchos brotes de
hepatitis A y B y de varicela, y paralelamente también han aumentado las
infecciones micóticas y los casos de disentería.
En la ciudad es obligatorio el uso de máscaras, debido al fuerte olor a
barro y suciedad, que ha atraído a grandes grupos de buitres. En las
paredes cuelgan cientos de anuncios de personas desaparecidas, la
mayoría niños. El deslizamiento de tierra no sólo se ha cobrado al vida
de los pequeños, sino también la de muchos padres: los huérfanos han
sido acogidos en una estructura no muy lejos. Niños que por el momento
nadie está buscando y no se sabe cual será su destino. Mientras tanto,
los medios locales han comenzado a lanzar críticas contra la Cruz Roja
Colombiana, acusándola de no estar gestionado de la mejor manera posible
la emergencia. Las ONG que trabajan en Mocoa confirman los problemas.