Los obispos católicos de ambos lados de la frontera se han reunido por primera vez desde hace mucho tiempo, para celebrar una misa en la Catedral Inmaculada Concepción en la que han pedido que se termine la violencia que ha azotado a estas ciudades en los últimos años, así como también una reforma migratoria que beneficie a los millones de inmigrantes que han llegado a este país.
La nota enviada a la Agencia Fides informa de que la Misa ha sido celebrada en inglés y español, y que Su Exc. Mons. Daniel E. Flores, obispo de Brownsville ha subrayado que la intención de los obispos presentes era la de compartir las diferentes situaciones que viven las diócesis en la frontera y buscar soluciones.
“Es una realidad que estamos afrontando con las familias - ha afirmado Mons. Flores -. Existe gran preocupación entre las familias, porque los jóvenes están en peligro de perder la esperanza. Existen muchas fuerzas y poderes del mundo que buscan atraer a los chicos a otras actividades y otros caminos como las drogas, el alcohol y la violencia” Su Exc. Mons. Ruy Rendón Leal, obispo de Matamoros (Tamaulipas, México), ha referido que en el curso de dos días de encuentro los obispos han buscado soluciones a la cuestión de la inmigración, con la finalidad de hacer respetar la dignidad de los migrantes.
