En relación a la reunión, el jeque Ali Yonsei reiteró que Irán “apoya la integridad territorial y la soberanía nacional de todos los países de la región”, que hoy está puesta en peligro por “grupos terroristas y extremistas”, y ha expresado la esperanza de “que el pueblo iraquí sea capaz de expulsar a los grupos extremistas y restaurar la seguridad”. El líder iraní también ha confirmado la intención de su oficina para promover reuniones periódicas con los representantes de las diferentes comunidades religiosas. En su intervención pronunciada durante la reunión, el Primado de la Iglesia caldea ha criticado las operaciones de propaganda que presenta a Irán como un país cerrado y retrógrada, ha recordado el papel de las comunidades cristianas autóctonas en la construcción de la civilización de la región y ha señalado el “papel influyente” que Irán podrá tomar en apoyo de la estabilidad regional también en el campo del diálogo interreligioso, la promoción de la convivencia y la cooperación entre cristianos y musulmanes y en especial la reconciliación entre musulmanes chiítas y sunitas. Sólo de esta manera – ha dicho el Patriarca - se podrá salir de la espiral de guerras y conflictos que ensangrienta la región y hacen sufrir a pueblos enteros. “El cristianismo”, ha dicho entre otras cosas el Patriarca, “es una religión de caridad y también el Islam es una religión de misericordia. Dios nos juzgará a todos sobre cómo habremos sido de caritativos y compasivos con los demás”. Después de la reunión Ali Yonsei ha entregado al patriarca una pintura de María que lleva en sus brazos al Niño Jesús.
Los caldeos católicos presentes en Irán hoy en día son alrededor de 13 mil, y su cuidado pastoral está encomendado a ocho sacerdotes, entre ellos dos de origen iraní.