viernes, 15 de mayo de 2015

“Vivimos en un momento delicado”, dice el Presidente de la CE de Togo después de las elecciones

Roma, ITALIA (Agencia Fides, 15/05/2015) - “Vivimos en un momento que no es difícil, pero si delicado”, dice a la Agencia Fides Su Exc. Mons. Benoȋt Comlan Messan Alowonou, obispo de Kpalimé y Presidente de la Conferencia Episcopal del Togo, en Roma para la visita Ad limina. 

El 25 de abril en Togo se han celebrado las elecciones presidenciales que han visto re-confirmado en el cargo de Jefe de Estado a Faure Gnassingbé, que ha conseguido un tercer mandato.

Mons. Alowonou afirma que “las elecciones se han llevado a cabo pacíficamente, en un clima en el cual todos han buscado la paz. Pero no se trata del desarrollo de las elecciones lo que es un problema, sino del resultado después de la votación, ya que el candidato de la oposición no ha aceptado los resultados proclamados por el Tribunal Supremo. Además, el Presidente de la Corte ha anunciado los resultados cuando no estaban presentes todos los miembros de dicho Tribunal. Entonces, ¿dónde está la verdad? Sólo Dios sabe”.

El Presidente de la Conferencia Episcopal subraya: “Como en todas las iglesias de África, los obispos están involucrados en la vida social y política del país. Hace unos años se decidió crear en Togo una Comisión de Verdad y Reconciliación, y un obispo católico fue elegido como su presidente. Se trata de Mons. Nicodème Anani Barrigah-Bénissan, obispo de Atakpamé.

En poco menos de tres años, esta Comisión ha desempeñado un papel importante”, afirma Mons. Alowonou. “La Conferencia Episcopal de Togo ha estado muy cerca de este obispo, con la oración, con el estímulo y también con el consejo. Con Mons Barrigah-Benissan la Comisión ha desempeñado su papel hasta el final de los trabajos; ahora se trata de aplicar lo que la Comisión ha elaborado”.

Con respecto a la vida eclesial, Mons. Alowonou, destaca “que la Iglesia en Togo tiene sacerdotes que ahora son casi todos diocesanos. Es un motivo de esperanza que nos inspira a tomar en mano nuestra situación. Por tanto, nuestra esperanza radica en la formación de nuestros sacerdotes, no sólo la formación inicial sino la permanente. Tenemos un gran número de vocaciones al sacerdocio, y rogamos al Señor por el don de discernimiento para poder tomar buenas decisiones. También tratamos de formar a los laicos, para que este puede asumir las responsabilidades que son típicas en la vida social y política, para el bienestar del país”.