Asunción, PARAGUAY (Agencia Fides, 24/01/2017) – Seis de cada diez niños han sido víctimas de
algún tipo de violencia en Paraguay, causada en particular por el
entorno que les rodea. Es lo que se extrapola de la denuncia de la
Coordinación para los Derechos de la Infancia y de la Adolescencia
(CDIA), que suma a la serie diferentes prácticas de violencia contra los
niños que trabajan como trabajadores domésticos. De hecho, unos 47.000
niños son víctimas de una forma de esclavitud moderna culturalmente
aceptada en Paraguay.
La CDIA señala que la falta de un sistema eficaz de protección aísla a
las personas, a las familias y a las comunidades que viven en la
pobreza, haciéndoles presa fácil de las redes delictivas como el tráfico
de seres humanos. Según un estudio reciente de UNICEF, ser empleado en
el hogar es una de las peores formas de trabajo infantil, y en la
mayoría de los casos las niñas, niños y adolescentes no reciben un
salario, sino sólo alojamiento y comida, en un ambiente inadecuado para
su bienestar. UNICEF también señala que la legislación paraguaya prohíbe
el trabajo infantil doméstico y que el Estado ha ratificado el acuerdo
de la Organización Internacional del Trabajo sobre las formas de trabajo
infantil más pesadas, que incluyen la servidumbre como un medio para
pagar las deudas de la familia y prácticas análogas a la esclavitud.