Damasco, SIRIA (Agencia Fides, 23/01/2017) – El patriarcado sirio ortodoxo de Antioquía ha
tomado distancia de la “Fundación Hatune”, la organización que hace
referencia a la religiosa sirio ortodoxa Hatune Dogan. La fundaciónse
presenta a sí misma como una organización benéfica, dedicada a ayudar a
los pobres y necesitados en varias partes del mundo, con una especial
preocupación por las iniciativas a favor de los cristianos y otros
grupos minoritarios sometidos a la violencia en Oriente Medio y a la
persecución.
Un comunicado emitido por la Oficina patriarcal declara que la Fundación
Hatune “no pertenece a la Iglesia sirio ortodoxa, ni representa de
ninguna manera al Patriarcado sirio ortodoxo”. La organización – señala
el comunicado de prensa, recibido en la Agencia Fides - trabaja “de
manera completamente independiente, sin la aprobación o consentimiento
de la Iglesia siria ortodoxa o de su jerarquía en Europa y en todo el
mundo. Por lo tanto, se confirma que el patriarcado sirio ortodoxo no
sostiene directa o indirectamente esta organización, ni promueve
activamente su recaudación de fondos u otras actividades”.
La hermana sirio ortodoxa Hatune Dogan, principal inspiradora de la
Fundación que lleva su nombre, actualmente trabaja en Alemania. En
numerosas entrevistas que circula en Internet, hace referencia a los
acontecimientos de su familia, obligada a huir de Turquía en el pasado.
En muchas de sus declaraciones propone una identificación total entre el
yihadismo sangriento del auto-proclamado Estado Islámico (Daesh) y el
Islam tout court. “El Islam es el ISIS. Cualquiera que diga cosas
diferentes es un mentiroso”, afirmaba la hermana Hatune en una
entrevista concedida hace casi un año a la CBNNews, vinculada a la red
de comunicación (Christian Broadcasting Network) fundada por el
tele-predicador estadounidense Pat Robertson. “El Islam y la
democracia”, declaró entre otras cosas la hermana Hatune en esa
entrevista, “están en contraposición, como el blanco y negro. Y yo
espero que América lo entienda”.
No es la primera vez que el Patriarcado sirio ortodoxo toma distancia de
organizaciones que en Occidente justifican sus iniciativas de
recaudación de fondos con la motivación de ofrecer apoyo a los
cristianos perseguidos.