Dar es Salaam, TANZANIA (Agencia Fides, 26/01/2017) - “Les invito a realizar una oración
intensa en todo el país. De esta manera Dios, que protegió a los
israelitas en su deambular durante 40 años hasta la tierra prometida, se
hará cargo de nosotros con misericordia y bondad”, escribe Su Exc.
Mons. Tarcisio Ngalalekumtwa, obispo de Iringa y Presidente de la
Conferencia Episcopal de Tanzania, en una carta pastoral en la que
expresa la preocupación de los obispos por la grave sequía que afecta al
país.
“Es la estación de las lluvias y de la siembra en gran parte del país,
pero vemos una atmósfera que es diferente a la que estamos
acostumbrados, porque no hay lluvias para permitir que la producción
agrícola continúe”, dice en la carta enviada a la Agencia Fides.
También otras confesiones religiosas, como los luteranos y los
musulmanes, han lanzado alarmas similares acerca de las consecuencias de
la sequía. Una preocupación que, sin embargo, no comparte el gobierno.
El Presidente John Magufuli argumenta que un empresario local está
agitando el alarmismo sobre una posible hambruna para forzar al gobierno
a aumentar los impuestos sobre las 25.000 toneladas de maíz importadas
del extranjero. “No voy a permitir la importación de maíz sin que se
paguen las tasas debidas”, ha dicho el presidente, quien ha quietado
importancia a la noticia de la muerte de hambre y sed de miles de
cabezas de ganado. El gobierno también ha reiterado que Tanzania tiene
reservas de alimentos suficientes para satisfacer un posible déficit en
la producción agrícola.