Bor, SUDÁN DEL SUR (Agencia Fides, 17/02/2021) - Las constantes aglomeraciones por reuniones
públicas con motivo de eventos, incluidos los servicios religiosos
dominicales, han provocado la intervención de las autoridades policiales
de Bor, capital del estado de Jonglei, ubicada en el oriente del país.
Debido al incumplimiento de las medidas de prevención previstas contra
el Covid durante las funciones, las autoridades han advertido a las
iglesias que pondrán sanciones severas contra quienes se encuentren en
condición de violación de las medidas.
A fines del mes pasado, luego de una nueva ola de infecciones por
coronavirus, el Grupo de Trabajo Nacional sobre COVID-19 emitió una
orden que prohíbe todas las formas de reuniones sociales hasta el 3 de
marzo. En un comunicado a una emisora local, el portavoz de la policía
estatal John Mawut Ngangha dijo que había aplicado medidas preventivas
contra el coronavirus en lugares de culto desde la semana pasada. Mawut
enfatizó que además de hacer cumplir la prohibición del gobierno, el
Grupo de Trabajo está comprometido a garantizar la educación sanitaria
sobre COVID-19. “Como fuerza policial, estamos comprometidos con el
fortalecimiento del orden gubernamental que prohíbe toda forma de
reunión social. El domingo, asistí al servicio en la iglesia Nigel, la
gente observó el distanciamiento social y se reunieron en oración bajo
los árboles”, dijo Mawut.
La reacción de los habitantes de Bor no se ha hecho esperar. Los
ciudadanos han dicho que conocen los protocolos por la pandemia pero que
no siempre pueden cumplirlos debido a dificultades logísticas y
estructurales.
El obispo James Deng de la Iglesia Episcopal de Sudán del Sur, diócesis de Makuac, ha declarado que los servicios dominicales continúan a pesar de la prohibición, enfatizando que Dios es el único faro de esperanza para los sudaneses del sur. “No veo ninguna razón por la que las iglesias deban cerrarse ya que los lugares de reunión como los mercados siempre están congestionados. Como iglesia, creemos, y es a través de las oraciones que venceremos este virus”, ha añadido el obispo Deng. “No estamos en contra del gobierno. La pandemia existe, pero no es necesario cerrar las iglesias. Además de predicar el Evangelio, educamos a las personas a lavarse las manos con jabón porque no tenemos desinfectantes y observamos el distanciamiento social” ha subrayado.
El mes pasado, el director de salud del Hospital Estatal de Bor, a
través de estaciones de radio locales, comenzó un programa de formación
sobre educación sanitaria sobre el virus, a pesar de que las tradiciones
y los desplazamientos provocados por las inundaciones y las
dificultades económicas dificultan el cumplimiento de las medidas del
COVID -19.
Desde principios de esta semana, el país ha registrado 148 nuevos casos,
lo que eleva el número total de contagios registrados a 5.710.