Kinshasa, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (Agencia Fides, 17/02/2021mente observamos el cierre de las fronteras. Por tanto, es imposible que los inmigrantes burundeses que se encuentran en nuestro pueblo regresen a su país”, afirma una nota recibida en la Agencia Fides de la organización humanitaria ACMEJ, que opera en este pueblo de Kivu del Sur, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), en la frontera con Burundi.
Los expatriados burundeses llegaron a la República Democrática del Congo
para visitar a familiares y amigos, otros en busca de trabajo, otros
huyendo de la inseguridad en su país. Actualmente, algunos son acogidos
por familias de acogida, otros se quedan en casas alquiladas. Sin
embargo, los conflictos se están multiplicando entre la población de
Katogota y los inmigrantes ya no pueden pagar el alquiler de las casas,
mientras que algunos de ellos se han convertido en una pesada carga para
las familias que los acogen.
El centro médico local, que no tiene los medios económicos para
garantizar un tratamiento gratuito, también ha manifestado que está
abrumado por la situación de los inmigrantes burundeses que padecen
diversas enfermedades y no pueden pagar los gastos médicas. Los
burundeses necesitan urgentemente ayuda humanitaria, especialmente para
los niños que continúan enfermándose. Por lo tanto, es muy deseable y
urgente que las organizaciones humanitarias envíen ayuda a los
inmigrantes en dificultades, principalmente medicamentos y asistencia
médica.
Esperamos que los gobiernos de Burundi y la República Democrática del
Congo lideren una discusión bilateral para la reapertura de las
fronteras, en cumplimiento de las medidas de barrera contra el COVID-19.
Esto permitiría que estos inmigrantes regresaran a sus hogares y la
situación de la comunidad de Katogota se podría aliviar”, concluye la
ACMEJ.