Yangon, MYANMAR (Agencia Fides, 20/02/2021) - Bhamo Sayadaw Bhaddanta Kumara, el monje que representa a la cúspide de la comunidad budista birmana (State Sangha Maha Nayaka Committee) ha pedido oficialmente un diálogo entre las partes para detener la caótica situación en la que se encuentra el país, desde que el 1° de febrero una junta militar tomó el poder en Myanmar. Ma Ha Na, el acrónimo con el que se conoce a los monjes de alto rango en Myanmar, ha lanzado públicamente una vez más una propuesta de negociación (ya había escrito a los generales en privado). Al recibir el miércoles al presidente y a los miembros del Consejo Administrativo de la región de Mandalay en la Buddhism University de Mandalay –como ha referido la prensa local-, Ma Ha Na Bhamo Sayadaw instó a las partes “a no guardarse rencor, buscando la destrucción mutua”, sino a tener amor y empatía para negociar una resolución de la crisis actual lo antes posible. “Esto - dijo - en consideración a la dignidad de Myanmar y del Tatmadaw (el ejército nacional) y por el bienestar de los ciudadanos, para que Myanmar pueda emerger en el escenario mundial”. Según el monje, la situación actual exige negociaciones inmediatas entre todas las autoridades y responsables, porque de lo contrario, Myanmar “corre el riesgo de desaparecer del mapa de la tierra” ya que la responsabilidad de cualquier tipo de violencia, incluidos los incendios provocados, el envenenamiento y el uso de productos químicos, recaerá en última instancia en quienes gobiernan el país.
Antes del golpe del 29 de enero, Bhamo Sayadaw ya había presentado una
solicitud, firmada por 10 monjes de alto rango, instando a las partes a
resolver la cuestión de la votación del 8 de noviembre (en la que
Tatmadaw impugnaba la victoria de la Liga de Aung San Suu Kyi) de manera
pacífica y en en línea con la ley. Posteriormente, pocos días después
del golpe, se envió una nueva solicitud al Consejo Administrativo del
Estado (nombre que se ha dado la junta) pidiendo que se realizaran
conversaciones con los líderes del gobierno derrocado. Tal solicitud fue
reiterada el 10 de febrero por tres monjes ancianos al general a cargo
del CAS, Min Aung Hlaing.
Mientras tanto, ayer, día 14 de protesta, las plazas estaban un poco
menos llenas que en los días anteriores, pero se tarta solo una
alternancia de momentos que ponen en dificultad a la policía y al
ejército. Se han reportado episodios esporádicos de violencia
(especialmente en Myitkyina, la capital del estado de Kachin) y
continúan aumentando las detenciones, ahora incluso de trabajadores
simples que han abrazado la desobediencia civil pacífica. El país está
paralizado, los bancos están cerrados y las reservas en divisas se están
agotando. Los huelguistas se esconden para no ser arrestados mientras
los que pueden invierten dinero en un fondo para apoyar a las familias
que se unen al movimiento de protesta ahora generalizado en todo el país
y en todos los sectores, desde la manufactura hasta la salud, desde la
burocracia hasta el transporte.
Ayer 19 de febrero también se tuvo noticia de la muerte definitiva de la
joven estudiante de Mandalay Ma Mya Thwet Thwet Khine, que recibió un
disparo en la cabeza durante las manifestaciones recientes en la segunda
ciudad del país y en coma irreversible desde entonces. Mientras tanto,
si bien el Ministerio de Relaciones Exteriores de Singapur también se ha
pronunciado, tanto Canadá como Reino Unido se sumaron ayer a las
sanciones decididas por Washington. Congelando los activos de los
vértices del Tatmadaw.