Yogyakarta, INDONESIA (Agencia Fides 28/04/2021) – “A menudo vemos las violaciones de los
derechos humanos o la violencia política masiva sólo a nivel local o
nacional, como si esos abusos o la violencia masiva fueran simplemente
asunto de un gobierno local o nacional concreto. Pero desde la
perspectiva de la humanidad, cualquier caso de violación de los derechos
humanos o de violencia política masiva es un problema para todos
nosotros como seres humanos. No importa lo lejos que estén, en términos
de tiempo o lugar, estos acontecimientos, las víctimas eran o son seres
humanos como nosotros. Su sufrimiento es también nuestro sufrimiento.
Cualquier injusticia hacia ellos es una injusticia hacia nosotros. Por
eso debemos trabajar juntos para encontrar la solución. Y para evitar
que estos hechos se repitan”: así lo afirma el jesuita indonesio padre
Baskara T. Warday director del Centro de Estudios sobre Democracia y
Derechos Humanos (PUSDEMA) de la Universidad Sanata Dharma de Yogyakarta
(Indonesia). El sacerdote ha publicado recientemente el texto “Memori
Genosida” (Memoria del Genocidio), tras participar en 2017 en un
proyecto en el que participaron educadores indonesios en la Conferencia
Internacional sobre Educación y Holocausto.
Se trata de un programa de formación organizado por la UNESCO y el Museo
Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos, con el objetivo de
promover el conocimiento del Holocausto pero, de forma más general,
sobre los temas de la memoria y la trágica experiencia del genocidio que
afecta a tantos países del planeta. De esa experiencia nació la
reflexión de “Memori Genosida”. El padre Baskara habla especialmente en
relación con los graves acontecimientos de derramamiento de sangre que
tuvieron lugar en Indonesia en 1965, cuando cayó el gobierno de Sukarno
de cuyas cenizas nació el “Orde Baru” (Nuevo Orden) del general Suharto.
Entre 1965 y 1966, el ejército indonesio y sus aliados masacraron a cientos de miles de personas por el mero hecho de ser tachados de “comunistas”, con la complacencia de los gobiernos occidentales. Antes de su destrucción en 1965, el Partido Comunista Indonesio (PKI, en su abreviatura indonesia) era el tercer partido comunista del mundo. Pero ese año, cientos de miles de sus miembros y partidarios fueron asesinados en uno de los grandes crímenes del siglo XX.
Recordando lo sucedido en Indonesia en la segunda mitad de los años 60,
el sacerdote dice: “Leyendo la literatura sobre el Holocausto,
aprenderemos también a ver la violencia de 1965 en comparación con otros
casos similares en el mundo. Más concretamente, queremos recordar que
tanto las víctimas como los autores de ese horrible suceso eran seres
humanos como nosotros. De la misma literatura también queremos aprender
cómo afrontar una situación de posguerra. Y ciertamente - concluye el
jesuita -, también queremos aprender a evitar que se repitan actos de
violencia y asesinatos masivos similares”.