Manila, FILIPINAS (Agencia Fides, 22/04/2021) - En medio del creciente escenario del Covid-19 y su impacto negativo en la pobreza, la seguridad alimentaria y el empleo, la Iglesia en Filipinas ha lanzado la iniciativa de las “despensas comunitarias”. Se trata de lugares donde se crean reservas de alimentos compartidos y se ponen en común los bienes para ayudar a las personas necesitadas. Según la información de la Agencia Fides, entre las primeras diócesis en aprobar y poner en marcha el proyecto se encuentra la de Kalookan, en Metro Manila. Las despensas comunitarias se financian con donaciones de dinero o productos de primera necesidad. El principio de la despensa comunitaria es “comparte lo que puedas, toma lo que necesites. No es una limosna, sino una ayuda mutua. Somos responsables unos de otros, el modelo son las primeras comunidades apostólicas”, explica a la Agencia Fides Mons. Pablo Virgilio David, obispo de la diócesis de Kalokaan.
“Este principio nunca ha sido más oportuno que ahora que nos encontramos
en un estado de calamidad global causado por el Coovid-19. Las
economías están en crisis. Las empresas se hunden, millones de personas
pierden sus empleos y sus medios de vida. Por supuesto, los que más
sufren en tiempos como estos son los pobres”, dice el obispo.
La iniciativa es educativa en el sentido de la solidaridad y la caridad
porque anima a los fieles a pensar no sólo en sí mismos, sino también en
el bienestar de los demás. Las personas de todos los ámbitos tienen una
forma concreta de promover el bien común y el espíritu comunitario.
“Creo que las despensas que han surgido espontáneamente en nuestra
diócesis y en todo el país han alimentado ya a más de cinco mil
personas. ¿No es esto ya un milagro?”, señala a la Agencia Fides Mons.
David, vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas. “La
iniciativa alimenta la amabilidad, la consideración, la compasión, la
generosidad, el sentido de la solidaridad y la corresponsabilidad”,
añade.
“El egoísmo, el egocentrismo, rebaja nuestro nivel de humanidad. El instinto de supervivencia y el principio darwiniano de selección natural son propios del mundo animal. Nuestra tarea como seres humanos es velar por la supervivencia de los más débiles y necesitados porque así nos distinguimos de los animales. Somos seres humanos y lo que nos hace verdaderamente humanos es nuestra capacidad de responsabilizarnos los unos de los otros, especialmente de los más vulnerables”, ha añadido el obispo David.
Además ha continuado diciendo: “La tendencia a acumular, a obtener más
de lo que se necesita, caracteriza a las sociedades modernas motivadas
por el consumo y la producción excesivos en todo el mundo, donde sólo
unos pocos se benefician de los bienes de la tierra. El mundo es
realmente una enorme despensa comunitaria, y ya desde hace mucho tiempo
se produce algo terriblemente malo en el dar y tomar. Como dice el
refrán: hay suficiente para las necesidades de todos, pero no para la
codicia de todos. Esta pandemia nos da la oportunidad de corregir esta
tendencia y restaurar nuestra fe en la bondad innata de nuestra
humanidad”.
“Las despensas comunitarias son formas de elevar la humanidad y respetar
la dignidad de todos como hijos e hijas de Dios. Estamos tratando de
encarnar la Palabra del Evangelio a través de las despensas de nuestra
comunidad, en este tiempo de pandemia”, concluye el obispo David.
Mientras tanto, Caritas Filipinas apoya el proyecto motivando a la gente
a ayudar a los pobres durante la pandemia. El obispo José Colin
Bagaforo, director nacional de Cáritas Filipinas, ha declarado que las
“despensas compartidas” son útiles para afrontar el hambre y la
inseguridad alimentaria, instando a “sacar a relucir la generosidad, la
bondad y la compasión innatas de todos, mientras la pobreza es más
visible”. En abril de 2020, Cáritas Filipinas ya había puesto en marcha
las “Estaciones de la Bondad” implementadas en 15 provincias, un
programa nacional que fomenta una respuesta basada en la solidaridad
intercomunitaria, con un mecanismo para que los miembros de la comunidad
se ayuden mutuamente.
Ya se han creado despensas comunitarias en varios lugares de Metro
Manila y otras provincias de Filipinas. La coalición de la sociedad
civil “Pilipinas Kontra Gutom”, que agrupa a entidades y organizaciones
públicas y privadas, ha informado de que al menos cuatro millones de
filipinos padecen actualmente hambre por falta de alimentos.