CIUDAD DEL VATICANO (www.ssbenedictoxvi.org - Noviembre 3 de 2011). Ayer por la tarde, al finalizar el concierto "Oratorio natalizio delle Alpi" y la proyección del film "Del cielo a la tierra - Adviento y Navidad en los Alpes Bávaros", S.S. Benedicto XVI dirigió las siguientes palabras:
"Al final de este momento de Adviento aquí, en el Palacio Apostólico, deseo dirigirles algunas palabras. Primeramente un cordial agradecimiento a cuantos han hecho posible esta tarde. Agradezco al Señor Hans Berger junto a su Ensamble y al "Coro Montini" por la presentación del "Oratorio natalizio delle Alpi", que verdaderamente me ha tocado en lo profundo. Gracias de corazón. También agradezco a la televisión Bávara, representada por el Señor Mandlik y por la Señora Sigrid Esslinger, por la proyección del film sobre el Adviento y Navidad en los Alpes Bávaros. Todos vosotros habéis traído un poco de la usanza y del sentido de la vida típicamente bávara en la casa del Papa: solo puedo deciros de corazón "El Señor los recompense" por este regalo".
"Y espero que nuestros amigos italianos hayan disfrutado de esta inculturación de la fe en nuestra tierra, particularmente Usted, Eminencia [n. r. el Cardenal Tarcisio Bertone], en el día de su cumpleaños. Con nosotros, como se ha dicho, el Adviento es llamado "tiempo silencioso" – "staade Zeit". La naturaleza hace una pausa; la tierra es cubierta por la nieve; no se puede trabajar, en el mundo agricultor, fuera, no necesariamente todos están en casa. El silencia de la casa se converte, por la fe, en el Señor la alegría de su presencia. Es así que naces todas esta melodías, todas estas traticiones que hacen que sea un poco"– como se ha dicho hoy – "el cielo presente en la tierra". Tiempo silencioso, tiempo de silencio. Hoy el Adviento es a menudo todo lo contrario: un tiempo de desenfrenada actividad, se compra, se vende, preparativos para la Navidad, las comidas grandes, etcétera. Así, incluso entre nosotros, como hemos visto, las tradiciones populares de la fe no han desaparecido, de hecho, han sido renovadas en profundidad, actualizadas. Y así se crean islas para el alma, islas de silencio, islas de la fe, islas para el Señor, en nuestro tiempo, y esto me parece muy importante. Y debemos dar las gracias a todos los que hacen: lo hacen en las familias, en las iglesias, con los grupos más o menos profesionales, pero todos hacen lo mismo: hacen presente la realidad de la fe en nuestra casa, en nuestro tiempo. Y esperamos que en el futuro esta fuerza de la fe en el futuro, su visibilidad, permanezca y ayude a seguir adelante, como viene el Adviento, hacia el Señor".