CIUDAD DEL VATICANO
(http://catolicidad.blogspot.com
- Agosto 21 de 2013). A las 11:00 horas de esta mañana, el Santo
Padre FRANCISCO ha recibido en Audiencia en el Patio de San Dámaso
del Palacio Apostólico Vaticano, a estudiantes y profesores del
Colegio “Seibu Gakuen Bunri Junior High School” de
Saitama, Tokio, Japón.
En el curso del encuentro, el Papa
les dirigió las siguientes palabras, traducidas simultáneamente al
japonés por un intérprete:
“¡Buenos
días!
Se
ve que entienden el italiano…
¡Los
saludo! Es para mí un placer, esta visita. Espero que este viaje
para ustedes sea muy fructífero porque conocer a otras personas, a
otras culturas nos hace siempre mucho bien: Nos hace crecer.
Y
esto, ¿por qué? Porque si estamos aislados en nosotros mismos,
tenemos sólo aquello que tenemos, no podemos crecer culturalmente.;
en cambio, si vamos a encontrarnos con otras personas, otras
culturas, otras modos de pensar, otras religiones, salimos de
nosotros mismos y comenzamos aquella aventura tan bella que se llama
“diálogo”.
El
diálogo es muy importante para la propia madurez, porque en el
confrontarse con la otra persona, en el confrontarse con las otras
culturas, también en el confronto sano con las otras religiones uno
crece: crece, madura.
Cierto,
existe un peligro: que si en el diálogo uno se cierra y se molesta,
puede pelear; y el peligro de pelear, es esto que no está bien,
porque nosotros dialogamos para encontrarnos, no para pelear.
Y
¿cuál es la actitud más profunda que debemos tener para dialogar y
no pelear? La mansedumbre, la capacidad de encontrar a las personas,
de encontrar a las culturas, con paz; la capacidad de hacer preguntas
inteligentes: “¿Por qué tú piensas así? ¿Por qué esta cultura
es así?”. Escuchar a los otros, y luego hablar. Primero escuchar,
luego hablar. Todo esto es mansedumbre. Y
si tú no piensas como yo – pero… yo pienso de forma diferente,
tú no me convences - pero somos amigos igualmente; he escuchado como
piensas y tú has escuchado como pienso yo.
Y
¿saben una cosa, ¿una cosa importante? Este diálogo es aquel que
hace la paz. No puede haber paz sin diálogo. Todas las guerras,
todas las luchas, todos los problemas que no se resuelven, que nos
encontramos, son por falta de diálogo. Cuando hay un problema,
diálogo: esto hace la paz. Y esto es lo que deseo para vosotros en
este viaje de dialogo: que sepan dialogar; cómo piensa esta cultura,
que bello esto, esto no me agrada, pero dialogando. Y así se crece.
Les deseo esto y un buen viaje a Roma.
Les
deseo lo mejor para vosotros, para vuestra escuela, para vuestras
familias: Dios bendiga a todos. Gracias”.
Una niña:
Estamos felices de haber
tenido la oportunidad de conocerlo y escuchar Sus palabras; a partir
de ahora pondremos en práctica en nuestra vida lo que escuchamos de
Usted. También queremos agradecerle por habernos concedido un poco
de Su precioso tiempo.